24. No volverá.

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— ¡Esto es un asco!

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— ¡Esto es un asco! .— Bufó aquel sayayin de pelos alborotados. Cruzó sus brazos a modo de protesta. No podía dejar de mirar a Nappa de una manera totalmente enrabietada.

— Bardock, lo que te estoy ofreciendo, es uno de los mayores privilegios que un sayayin de clase baja puede recibir .— Sentenció totalmente calmado mientras sonreía de manera torcida: y es que adoraba sentirse superior.

— ¡Para mi eso es una mierda! .— Bufó nuevamente. Estaba totalmente encabronado .— ¡Es una ofensa que con mi poder de pelea me quede relegado a ser la escolta de una maldita niña que no sabe ni defenderse!

— ¡Esa niña será la reina del planeta Vegeta! .— Gritó ahora el calvo totalmente serio. Las impertinencias de Bardock .— Y ten más cuidado con tus palabras... ¡Porque también es mi hermana!

—  ¡ Y a mí eso que me importa maldita sea! .— El sayayin de pelo alborotado se hallaba desesperado .— ¡Mándame cualquier misión! ¡La que quieras! .— Suplicó nuevamente.

— ¡Ya cállate la boca Bardock! ¡Serás su escolta y punto!

— ¡Maldito seas Napa! .— Chilló como un energúmeno .— ¡Vegeta lleva meses sin aparecer! ¡Tu hermana ya no será reina!

Y entonces, el calvo sonrió de lado a lado.

— Eso no tienes que decidirlo tú .— esbozó una torcida sonrisa .— Para tu interés, el rey Vegeta III está de acuerdo con esto.

— ¡Por qué alguien que no sale del palacio necesita una escolta individual!

— ¡No seas estúpido, lleva en su vientre al futuro príncipe! ¡Y además... es mi hermana y yo te lo ordeno como tu superior! .— Señaló desafiante con su dedo corazón al de clase baja.

Lleno de ira Bardock nuevamente iba a contestar y a maldecirlo mil veces más. Sin embargo, fue interrumpido por la puerta principal del recibidor del palacio que se abrió de par en par.

El sayayin no pudo evitar dirigir su mirada con el ceño fruncido. ¡Necesitaba saber quien se atrevía a interrumpir aquella privada reunión! ¡Y encima sin pedir permiso!

¡Iba a insultarlo! ¡Iba a pegarle probablemente una buena paliza!

— Pero que demonios ... .— Sus ojos se abrieron de par en par. Las palabras no surgían de su boca.

Una muy joven sayayin asomaba su rostro bastante temerosa. Sus verdes ojos miraban confundidos a Nappa. Su respiración era notoria, sus pechos subían y bajaban.

Y no pudo evitar pensar que era hermosa.

— Ella es __, la princesa .— Sentenció Napa, dirigiéndose al mayor .— Yo la mandé llamar.

Te odio, papá (Vegeta, Bardock, Goku y tú) (EN CURSO, CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora