26. Su cama.

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Narra Harry.

No soporto más esto, Fernanda es tan amorosa con migo y yo soy un patán, un idiota al que sólo le bastó un poco de alcohol para acostarse con otra por despecho. No puedo vivir por siempre con este remordimiento, le tengo que decir lo que pasó... pero no la quiero perder... ¡Imbécil! si desde un principio hubieras pensado en eso, no te hubieras acostado con nadie! ¿podría mantenerlo en secreto? No, es mejor una verdad que duela a una mentira que engañe, ella no merece estar al lado de un imbécil que le miente... Le voy a decir, sólo voy a tener en mente que llorar no me va a servir de nada una vez que la pierda... Estaban operando a Zayn, no podíamos salir del hospital para hablar, así que la lleve a la capilla del hospital.

-Fernanda, te tengo que confesar algo...

-Claro amor, dime.

-Fer, es que no va a ser fácil decirlo, y no sé qué va a pasar después.

-Harry, me estás asustando, ¿a quién mataste?

-No Fer, no es momento de bromas, yo... Yo... Pff...

-¿Tú qué, Harold? ¡Habla de una vez!

-Bueno, ¿recuerdas la fiesta?

-Amm... ¿En la que Zayn casi muere? Sí, creo que sí.

-Bueno, esa fiesta fue en casa de Pamela, yo estaba sumamente enojado y triste por el hecho de haberte perdido, tomé y tomé hasta olvidar mi nombre... Desperté a la mañana siguiente en.... Su cama... La cama de Pamela...

Los ojos de Fernanda se llenaron de lágrimas, no aguantaba verla así, simplemente se escuchaba el *crack* de mi corazón al romperse, la amaba tanto desde el momento en el que la vi...

-Harold - suspiró- si de buenas a primeras me vas a engañar con quien se te pone en frente, esto no va a funcionar, no te digo todo lo que eres por respeto al hospital, pero si por mí fuera, ¡espero que te pudras en el infierno!

Salió de la capilla lo más rápido que pudo, yo la vi salir, vi ese hermoso cabello rizado moverse de un lado al otro, ese tono de piel que me encantaba, su sonrisa que parecía media luna, su perfecto rostro... Todo lo perdí por imbécil... Me arrodillé en el mismo lugar en donde le confesé todo, lloré y lloré hasta secar mi corazón por completo, no había ni una sola lágrima más por derramar, no dudaba que me había deshidratado del llanto, perdí a la persona que más amaba en este mundo, la que daba todo por mí, simplemente la perdí...

New in town...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora