41. El sillón.

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*Narra Liam*

Acompañé a Fer a su casa para poder ayudarla a desempacar, entramos por la puerta de la cocina y ella aventó las llaves a la barra y encendió las luces, me indicó que pasara y entré a la sala.

-¿Podrías subir mis maletas, por favor? voy a intentar desempacar algunos muebles
-Claro -suspiré-

Subí las 2 grandes maletas hasta su cuarto, entré y recordé el beso que le había dado cuando me dijo que se iba, desde entonces me hablaba todos los días, le mandaba mensajes hasta tarde, y cosas así, pero me sentía mal por Harold, sabía que lo lastimaría verme con Fernanda, pero estaba empezando a gustarme...
Bajé las escaleras y vi a Fernanda con unas tijeras intentando quitarle el plástico al sillón, pero no podía, me recargué sobre el marco de la puerta mientras sonreía al verla hacer tanto esfuerzo, en cuanto ella se dio cuenta que estaba admirando tanto trabajo me miró con una gran sonrisa.

-¿Por qué no en vez de ver cómo no puedo hacer las cosas, me ayudas? -reclamó-
-Me gusta verte intentando y haciendo esfuerzo, continúa -dije haciéndole una seña con las manos.
-¡Claro que no! Ya lo intenté mucho tiempo y no logro nada, ya ven y ayúdame, ¿sí? ¿Por favor?
-Está bien, pero sólo por que nos faltan bastantes muebles.

Caminé hacia el sillón y con un movimiento le quité las cintas, después Fernanda me ayudó a darle vueltas al plástico para quitárselo y lo aventamos lejos, me senté en él fingiendo estas exhausto y Fernanda se tiró encima de mí de espaldas recostándose con su cabeza y hombros recargados en los míos, la rodee con mis brazos y le bese la frente.

-Crees que... -Preguntó ella- no sé...
-¿Qué Fer?
-Olvídalo, es algo loco.
-Nada es lo suficientemente loco, dime
-Crees que... Si lo intentáramos... .¿Funcionaría?

Me quedé en silencio unos segundos, no sabía exactamente que contestar...

-Creo que... Podríamos... Intentar y... Ver qué pasa, ¿no?
-Sí, tienes razón -continuó acercándose a mis labios-
-Pero...
-¿Qué ocurre? -Dijo tomando mi nuca, nuestros labios quedaron a centímetros de distancia, sin duda esta chica me estaba volviendo loco-
-Nada, olvídalo

Sintió un gran alivio cuando le dije que no era nada importante, me dio un gran beso lentamente mientras se acomodaba para quedar de frente a mí.

-Creo que tenemos que desempacar los otros muebles -dije susurrándole al oído.

Ella asintió y se levantó de mi cuerpo dejándome levantar, no paraba de sonreír, amaba verla feliz después de tanto tiempo de llorar en mi hombro.
Ella estaba conectando la televisión cuando la tomé por la muñeca, soltó un grito ahogado en señal de que la había lastimado, abrí los ojos como plato, habían pasado sólo 2 o 3 semanas desde que le pedí, le supliqué que no se cortara de nuevo, en ese tiempo se supone que ya deberían de haber sanado sus cortes, pero al parecer no fue así... Quitó la mano rápidamente de mi alcance y salió rápidamente de la sala.

-¡Fernanda! -grité mientras la seguía hasta la cocina- no hay nada que no haya visto antes en tus muñecas, por favor dime que no lo hiciste otra vez, por favor.

Ella no contestaba, simplemente no me miraba ni a los ojos, pero pude ver como caía una lágrima de su bello rostro.

-No, por favor no llores -supliqué tomando su mano- no llores.
-No sé, juro que lo hice sin pensar...
-Está bien, te entiendo, el estrés, la mudanza, el no volvernos a ver, está bien.
-¿En serio? -preguntó limpiándose una lágrima con el dorso de la mano- yo pensé que me ibas a...
-¿A regañarte? -pregunté tomándola de la barbilla-
-No... A dejarme sola otra vez... Digo... ¿Quién querría a una chica con cicatrices? -dijo volteándose-
-¿De qué hablas? ¡Nunca te dejaría sola!

Sollozó un poco mientras la volvía a abrazar...

-Ya es tarde -dije en su oído- no creo que nos dejen volver al hospital y entrar a verla, ¿quieres que te acompañe a tu cuarto?
-Sí, gracias

Le tomé la mano y la cintura mientras subíamos las escaleras, llegamos a la puerta de su habitación y me miró fijamente.

-Vas a ir a casa? Me preguntó con una pequeña sonrisa-
-Sí, vengo mañana temprano para que vayamos al hospital de nuevo.
-Gracias por todo.
-No hay de qué, Fer -bese su frente- buenas noches.
-Buenas noches...

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