Dulce Oscuridad ©

Baile de primavera.

/Reproduzcan la cancion que se encuentra en multimedia/

¿Cómo crees que Connor valla vestido? - chillo una de las cinco chicas que estaban sentadas conmigo hablando sobre el baile.

¡Oh Leila, cállate, de solo imaginarlo hace que me den ganas de lamerle todo el cuerpo! - Ew, ¿Qué hacía yo acá?.

Emma, iras con Justin, no? - hablo en mi dirección con voz soñadora, si tan solo supiera.

Justin y yo no hemos hablado desde la pequeña discusión que tuvimos unos días atrás, el solo me ignora.

Ni siquiera sabría si asistiría al Baile esta noche, lo más probable es que me quede en casa torturándome con un pote de helado de chocolate y algún libro romántico.

De seguro con esmoquin - sonreí hacia ellas forzadamente. Por suerte no lo notaron.

Después que se expandiera el rumor de que salía con el chico más "ardiente" del instituto, varias chicas se han acercado a mí para saber cotillas de Justin.

Solo una palabra:

Patéticas.

No es que me moleste, solo me agobia estar rodeada de gente plástica que juzga a las personas por su peso o como se visten, digo, ¿Quién son ellas para hablar mal de otra persona?.

Emma, nos estas escuchando?! - dijo Lexi poniendo una de sus perfectas manos sobre mi hombro.

Uhm... - no lo hacía.

Decía que podríamos todas juntas a conseguir un vestido para hoy - hablo emocionada.

Ni en un jodido millón de años.

Yo ya tengo mí vestido - mentí.

Oh - dijeron todas al mismo tiempo.

¿Realmente eran persona o solo robots?

Pero las veré esta noche chicas - me forcé a decir mientras me paraba para irme de este lugar.

Todas asintieron ahora sonriendo abiertamente.

Tome mi bolso y sentí unas inmensas ganas de beber café, pase por un Starbucks y lo quede mirando.

Era como el paraíso, solo costoso.

Me fije en la gente que estaba dentro.

Dos personas llamaron mi atención en particular.

No. Podía. Ser. Cierto.

¡¿Cómo se atrevía?!

Tome una bocanada de aire antes para luego empujar la puerta.

Solo mantente firme Kicks, me decía a mí misma.

Camine hacia la cajera y pedí un de mis cafés favoritos.

Mientras lo esperaba note como Justin me miraba fijamente, vi cómo se paró pero la mano de Jessica lo detuvo y lo hizo sentarse a su lado nuevamente.

Y en ese instante me di cuenta de que ya no existía un nosotros.

Vi el reloj que colgaba en mi pared.

8:45.

Solo quince minutos y comenzaba el baile de primavera.

Y aquí estaba yo, con un chocolate en mi mano y otra tenía el control de la TV.

No me culpen, culpen al director de 500 días con summer, por hacer una película tan buena.

Sentí el sonido de mi celular por alguna parte de mi habitación, lo había lanzado luego de que Carly me llamara por décima vez.