The 1975.

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Vamos Carly llegaremos tarde - gemí mientras la agarraba del codo y la tiraba hacia la puerta.

Solo dame un minuto más - puse los ojos en blanco, llevaba diciendo eso la última media hora.

Estoy lista - murmuro arreglándose la falda.

Gracias dios, pensé.

Llevas tu licencia? - le pregunte mientras nos subíamos al coche de su mama, era algo viejo, pero servía.

Si - dijo mientras arreglaba el espejo y arrancaba el motor.

Pasamos varias calles más abajo, la ciudad estaba relativamente tranquila, lo cual era raro.

Estas segura que es por acá? - veía como las casas se iban alejando.

Claro que sí - respondió mirándome tratando de decir "duh".

Creo que pasamos por el mismo árbol como cinco veces, pero Carly parecía no darse cuenta.

Carly... estas segura que es por acá? - murmure con miedo, estábamos en un callejón donde solo alumbraba un viejo foco, que estaba por apagarse. Estaba rezando para que no saliera un vagabundo o un ladrón.

Carly me pasó su celular donde estaba el GPS, al mirarlo me di cuenta de dos cosas:

1- Estaba mal escrita la dirección.

2- Estábamos jodidamente perdidas.

¡La dirección que escribiste está mal! - le grite tirando el teléfono al fondo del coche.

¡¿Qué!? - grito devuelta, estábamos muertas.

¡La escribiste mal pequeña perra! - grite, mientras Carly pisaba el freno y salía del coche y empezaba a gritarse a sí misma, si no estuviera tan asustada me habría reído.

Luego de cinco minutos se calmó y entro nuevamente.

¿Estás bien? - le pregunte.

Muy bien, nos perderemos el mejor concierto de la vida - hablo irónicamente.

Suspire y conté hasta diez, luego saque mi celular y puse la dirección en mi GPS y se la pase.

Conduce - dije.

Está bien - cuando giro el automóvil alcanzamos a andar no más de diez metros y empezó a salir humo de la parte delantera. No, no, no.

Y luego de un momento a otro dejo de andar.

Carly lo hizo partir nuevamente pero no ando.

Gemí.

Dios, debería haber dejado que Justin nos llevara.

Y recordé lo que dijo sobre llamarlo.

Tome mi celular y marque su número pero me tiraba al buzón de voz.

Lo llame más de 10 veces hasta que me di por rendida.

Donde que daba su "llámame a cualquier hora y estaré para ti."

Gracias Bieber.

¿A quién más podemos llamar? - hablo Carly.

Cody.

Él también iba al concierto, debe tener un coche.

Lo llamamos y para nuestra suerte respondió al primer tono.

Le explicamos lo que paso y le dimos la dirección en donde nos encontrábamos, no tardo menos de 5 minutos en llegar.

Nos subimos a su auto agradeciéndole por todo.

Era nuestro ángel.

Al llegar al recinto estaba lleno, había una larga cola, Cody dijo que estaba con un amigo y que nos veíamos dentro.

Esperamos nuestro turno hasta que estuvimos al frente de un gran hombre, pidiéndonos las entradas.

Tenía una mirada intimidante.

Carly traía el sobre con las entradas en su bolso, asique solo me limite a mirarla mientras las buscaba.

Emm, dime que tú tienes las entradas - murmuro suplicante.

Te las pase a ti, no lo recuerdas? - le respondí. El guardia que estaba en la puerta se estaba poniendo impaciente.

Oh mierda, las eche en el otro bolso - gimió.

Abrí la boca pero no me salían palabras.

Si no tienen las entradas pueden largarse - gruño el guardia.

Si, si las tenemos usted tiene que entendernos, me cambie de bolso y se me olvido sacarlas... y - entonces aparecieron dos guardias más que nos levantaron y nos pusieron en sus hombros, sacándonos de la fila.

No llevaron hacia un callejón y nos gruñeron algo como "aléjense o las piso" o eso entendí.

Lo siento - se lamentó mi mejor amiga.

Todo esto es mi culpa - prosiguió.

Claro que no, no debí pasártelas a ti - murmure mientras me sentaba en un tarro de basura que había.

Sentimos como se habría una puerta que no habíamos notado.

Era la puerta trasera.

Me pare y seguí a Carly, acá había otro guardia cuidando.

Carly me miro y sonrió, odiaba esa sonrisa.

Solo significaba una cosa.

Problemas.

Hola guapo - ronroneo Carly mientras se acercaba al gorila que estaba en la puerta.

Hola hermosa - hablo seductoramente.

Pervertido.

Podríamos ser sus hijas.

Sabes? A mí y a mi amiga se nos quedaron las entradas en casa, crees que nos dejarías entrar? - le dijo Carly acariciándole un brazo.

Iba a vomitar.

El guardia o "gorila" poso su mirada en mí y me recorrió de pies a cabeza.

Muéstrenme sus pechos y las dejo entrar - gruño.

Mi mandíbula debe estar acariciando el piso en este momento.

Ni locas haríamos eso.

Mire a Carly pero ella solo se encogió de los hombros y se subió su polera.

La mire incrédula.

Emma, no pasara nada - me susurro.

Casi llore mientras me levantaba la polera imitando a Carly, desabrochamos el brasier y ese era mi fin.

Él nos sonrió apreciando el momento.

En un momento pensé en Justin y que habría echo si hubiera escuchado al gorila decir que quería ver mis pechos, de seguro en este momento no viviría.

Bastardo asqueroso, murmure mientras pasaba por al lado de él.

No puedo creer que hicieramos eso - le grite a Carly para que me escuchara, ya que estaba toda la gente conversando al mismo tiempo.

Yo tampoco, pero estamos dentro, no - se encogió de los hombros, mientras localizaba a Cody y estaba con otro chico, este era rubio.

Se llamaba Kellan, era simpático y tenía los ojos más raros que había visto quizás una combinación entre azul y gris.

Entonces se apagaron las luces, dando comienzo al show.

Dulce Oscuridad ©Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora