Días tormentosos.

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Según un estudio realizado por científicos las lágrimas sirven para botar toda la tristeza que uno lleva dentro.

Personas con feos delantales y grandiosos descubrimientos.

Hace dos horas exactamente Justin se había marchado por aquella puerta, me sentía como una patética chica llorando por un mujeriego, pero que esperaba?

Quizás que él se hubiera enamorado de mi después de besarte, me dije a mi misma.

El amor era un asco.

¿Cuál es el punto de enamorarte? Si finalmente te quedas sola con un corazón roto y unos hinchados ojos.

Papa no había llegado todavía a casa, eso era algo bueno. Odiaba que me viera llorar.

El cielo estaba negro, me imagine como Justin habría llegado a su casa, si es qué hubiera pescado un resfriado gracias a la lluvia o si simplemente habría llegado bien, dios, soy una idiota, una idiota enamorada.

Me gustaría saber si el pensaba tanto como yo pensaba en él.

Me gustaría saber en su mente se pasaba las imágenes del beso que nos dimos.

Y realmente me gustaría saber si el sentía algo hacia mí.

A la mañana siguiente, me dolía la cabeza, ni siquiera me di cuenta en que momento caí dormida.

Después de bajar las escaleras sentí un cálido olor a café.

Ningún rastro de papa.

Solo había una nota pegada en el refrigerador:

"Ningún chico merece tus lágrimas"

Sorprendida, sentí como se me formaba una gran sonrisa en mi rostro.

Mi papa es el mejor del mundo.

El instituto estaba normal como lo es un día martes en la mañana, solo se escuchaban los murmullos de los estudiantes que pasaban.

Empecé a sacar mis libros de mi casillero cuando sentí una voz atrás mío.

Hey - dijo Cody mientras mostraba una sonrisa verdadera. La cual se le borro mientras veía mi rostro, debía tener bolsas negras bajo mis ojos.

¿Estás bien? - pregunto luciendo preocupado.

No, pero lo estaré - hable mientras cerraba mi casillero.

Si necesitas un hombro para desahogarte, no dude en llamarme - si quizás no estaría tan enamorada del idiota de Justin habría caído rendida a los pies de Cody.

Gracias, eso es muy lindo - respondí con una pequeña sonrisa mientras entrabamos al salón.

Creo que tenemos el mismo horario - dijo sonriendo.

Al mirar el papel me di cuenta que tenía razón.

Debes estar nervioso, digo es tu primer día en una escuela nueva, sin amigos y todo eso - explique.

Te tengo a ti - respondió finalmente.

La mañana pasó horripilantemente lenta y yo no podía ver solo otra cosa más que la lluvia que caía afuera.

Cody era un chico realmente agradable, me había caído bien al principio. Sabía que seriamos grandes amigos.

Cuando toco el timbre para ir a almorzar, alcance a caminar no más de 2 metros que Carly había enlazado su brazo con el mío mientras me tiraba hacia los baños de damas.

¿Podrías explicarme porque mierda mi mejor amiga no me respondió las llamadas y textos que le envié durante toda la tarde? - estaba muy enojada.

No fue mi día - dije mientras me miraba al espejo.

Los vieron a ti y a Justin salir juntos ayer - ignoro mi comentario.

No quiero hablar de eso - no quería hablar de nada, solo quería llegar a mi cama.

¿Qué te hizo ese idiota? - y fue eso lo que me hizo quebrarme.

Le conté a Carly lo sucedido mientras me caían las lágrimas, ella me sostenía en el piso del baño, el cual por cierto olía asqueroso.

Después de algunos minutos, me pude calmar y nos paramos.

Lo matare - hablo decidida.

No harás nada, porque no vale la pena - dije mientras me pasaba un pañuelo para que me limpiara la cara.

Es un idiota - por primera vez en el día concuerdo con Carly.

El comedor estaba lleno, trate de buscar a Justin.

Pero no estaba.

Los días pasaron y el seguía sin aparecer, tenía un amargo sentimiento dentro del pecho, como si él estuviera mal.

Necesitaba saber de él.

Era viernes y recordé que teníamos que hacer el proyecto para biología.

Le pedí la dirección a la vieja secretaria de la escuela y tome el valor de aparecer frente a la casa de Justin.

Era una linda casa, color crema, grande por cierto.

Busque un timbre y me atreví a tocarlo.

La primera vez, no salió nada.

La segunda tampoco.

Luego de tocar por tercera vez me había resignado a que nadie abriría y dándome la vuelta comencé a caminar por el pasillo de piedras.

Hasta que sentí como se abría la puerta y una voz conocida decía mi nombre.

"¿Emma? ¿Eres tú?"

Una parte de mi quería ignorarlo y seguir caminando pero mi otra parte decía que tenía que darme la vuelta y afrontarlo.

Al cabo de algunos segundos, que parecían horas tome valentía.

Si - hable finalmente mientras veía a un herido Justin.

Él tenía la cara llena de moretones y rasguños.

Me pregunte como podría habérselos hecho o si alguien se los había hecho y el porqué.

En ese momento se me olvido el odio que sentía hacia el.

Su cara seguía siendo la 8va maravilla del mundo a pesar de todo.

Me dolía verlo así.

Y a él también porque llevaba una triste mirada en eso hermosos ojos.

Dulce Oscuridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora