Dulce Oscuridad ©

Discursos y ¿tatuajes?.

Los días pasaron mas rápido de lo que hubiese deseado, si bien estaba realmente ansiosa por la graduación, que sería el día de hoy, sabía que Carly se marcharia de aquí y no estaba preparada para perder a mi mejor amiga, todavía podía recordar todas las locuras que habíamos pasado estos últimos años.
Justin había estado ahí para mí este tiempo, sin él creó que estaría probablemente llorando sola en un rincón de mi cuarto. Tenia miedo, miedo de que pasaría luego de todo esto, Justin no había mencionado ninguna universidad ni nada acerca de se futuro,  o el nuestro, por mi parte tenía demasiadas opciones, pero no las había compartido con él, cada vez que intentaba hablar con el respecto a la universidad un nudo se formaba en mi garganta, no estaba preparada para perderlo.

¿Estas bien, querida? - preguntó mi tía mientras me pasaba mi toga junto con el típico gorro de graduación.

Me límite a asentir, mientras me miraba en el espejo.

Ya es hora - aviso papa desde la puerta.

Vamos - sonreí forzadamente, no estaba de ánimos.

Salimos de casa en dirección al instituto, el trayecto fue silencioso. Al llegar nuestra visión se nubló con adolescentes corriendo de un lado para otro con amigos y padres.

Mi vista se fijo en un chico rubio que estaba parado en su motocicleta, parecía perdido y nostálgico.

Corrí hacia el, lanzandome a sus brazos.

Hey - besé su mejilla.

Luces increíble - dijo bajo.

Tu también - le sonreí.

Será mejor que vayamos a buscar a los chicos - tomó mi mano y comenzamos a caminar, juntos.

Una hora después estábamos todos reunidos en el gimnasio, sillas adornaban el lugar y el gran escenario situado adelante.
Una de mis manos las tenía enlazada con Carly quien sonreía intentando ocultar todo lo que pasaba en su vida.
Era increíble como pasaba desapercibida con una simple sonrisa, mientras detrás de ella solo había dolor y lágrimas, lo peor es que las personas que se encontraban alrededor no lo notaban, porque estaban tan preocupados por cosas estupidas, como si escoger los zapatos perfectos fuera de vida o muerte.

¿Qué quieres hacer después de esto? - preguntó Justin sacandome de mis pensamientos.

Lo que sea, estará bien - lo miré fijamente, notando lo hermoso que era.

¿Tienes listo tu discurso? - preguntó luego de besarme rápidamente.

Nop - negué con la cabeza.

¿No? - encarnó una ceja.

Improvisare - respondí escondiendo mis nervios, solo esperaba que algo inteligente saliera de mi boca y no me quedará en blanco, no hay cosa que mas odié es hablar enfrente de una multitud,  todavía no puedo creer que haya aceptado decir algunas palabras.

Todo estará bien, lo harás genial bebé - susurró cuando la ceremonia dio comienzo.

Cuando a Justin le tocó ir a recibir su diploma, me pare rápidamente aplaudiendo hacia el, como una mama orgullosa, al igual que por Carly y Cody.

Emma Kicks - resonó por todo el lugar, obligué a mis piernas a reaccionar y caminar hacia el escenario.

Le dí un corto abrazo al director quien me entregó el diploma, me removí hacía el micrófono y recorrí la sala viendo las caras expectantes de todos.

Me aclaré la garganta incomodamente.

Uhm... hoy pensé en todos los recuerdos que han pasado en este lugar - dije situándo un mechón de mi cabello tras mi oreja - quería agradecer a este horrible lugar por todas increíbles personas que conocí. A mis mejores amigos - observé a Carly quien me sonreía junto a Cody - y también al chico que me robó el corazón - se escucho un "aww" por parte de las chicas mientras me fijaba en Justin quien estaba sonrojado - Pero no todo es color de rosa, pasé por mucho el último tiempo, rumores, ofensas y críticas, se que no soy la única. Muchas veces no tenía ganas de venir al instituto, pero lo único que me motivaba a venir era un lugar, un lugar dónde comenzar de nuevo, olvidando todo el pasado, dejando todo lo malo atras y solo mirar hacia adelante. No estoy segura de cual es ese lugar, ni que me deparará el futuro, si esque seguiré con los mismos amigos o si el chico que me gusta no me romperá el corazón. Puede que sea aquí en Seattle o en Europa.
Este debe ser el peor discurso que han escuchado - reí tontamente.
Sólo se que las cosas pasan por una razón, quizás el destino tiene preparado algo mejor para mí y para ustedes, por ahora rianse de la confusión y vivan el momento, no miren hacia atrás, enamorense y vivanlo, salgan y diviertanse, dejen a un lado la dieta el estrés y todo lo que os preocupa, solo disfrútenlo y creen memorias.
Y gracias por escuchar a esta estúpida chica hablando tonterías - sonreí mientras la sala se llenaba de aplauso y silbidos.