"¿Estamos Bien?"

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Comienza desde el principio - murmure luego de nuestra sesión de besos.
Solo si me das otro beso - bromeó ganándose un golpe en el abdomen por parte mía.
Solo jugaba, no sé como comenzar, esto es realmente nuevo para mí, lo de las relaciones - se aclaró la voz ahora - Cuándo Jessica tocó mi puerta lo primero que pensé hacer fue tirarle la puerta en la cara, pero ella estaba llorando y hacía mucho frío afuera y yo simplemente me compadecí de ella, la ayude a entrar y ella comezo a explicar el porqué estaba allí, dijo que salía con un chico que la golpeaba y que había quedado embarazada de el, sus padres la habían obligado a abortar y ella decidió marcharse de allí, dejando atrás todo - Justin paró un momento para tomar aire y yo no pude evitar sentir lástima por ella - Y ahí fue cuando le preste una de mis camisetas, subí a buscar uno de los pantalones que usaba mi madre para dormir y entonces sentí que tocaban la puerta, pero no alcanze a abrirla, tu lucias tan dolida y lo peor es que no me dejaste explicarte solo saliste corriendo.
Te busque horas bajo la lluvia, pero no había rastro de tí, pensé lo peor, no contestabas mis llamadas. Me sentía como la mierda - note como sus ojos se ponían llorosos y me límite a abrazarlo, el rápidamente lo correspondió.
Lo siento - susurre.
No es tu culpa - me miró esbozando una pequeña sonrisa.
Claro que si, si yo tan solo te hubieran escuchado... - su pulgar me hizo callar mientras lo colocaba sobre mis labios.

Pero seguía algo que no me concordaba, en toda la historia.

Mmm ¿Justin? - pregunté suavemente.
¿Que pasa conejita? - respondió con una sonrisa.

Ese jodido apodo.

¿Lo de la cafetería? - le dije encarnando una ceja.
Uh si, yo me di cuenta que era un maldito bastardo, solo me concentraba en mi felicidad y no me di cuenta que tu estabas sufriendo - susurro - Decidí dar un paso atrás y que encontraras a alguien que te mereciera, no a un imbécil como yo. Sólo soy una maquina para lanzar golpes, mirame, no tengo nada bueno que dar.
¿Que te hizo cambiar de parecer? - dije aún mas confundida.
No podía sacarte de mi cabeza, me prometí a mi mismo alejarme de tí, pero se me era imposible - sonrió tristemente.
Me acerqué y lo besé, fue suavemente sobre sus rosados labios, tratando de transmitir todo lo que sentía por el.

¿Estamos bien? - preguntó aún con la mirada fija en mi boca.

Aunque no me agradaba la idea de que viviera con esa chica, sabía que ella no tenia otro lugar donde vivir además portaba un bebé y el no tenia la culpa.

Estamos bien - afirme, haciendo que el comenzará rápidamente a dejar pequeños besos por todo mi rostro.

A la mañana siguiente me desperté con una gran sonrisa en mi rostro recordando la noche anterior.
Justin había dicho que sus hermanos me extrañaban y me convenció de asistir a una cena familiar hoy en su casa.
Estaba nerviosa, la primera impresión que les había dado no era la mejor.

Al levantarme me encontré con millones de llamadas y mensajes de texto de parte de Carly.

Me golpeé internamente, yo me dirigía a su casa hasta que Justin apareció,  haciendome olvidar todo el resto.

Lo siento - dije rapidamente cuandi contestó.
Me tenías preocupada maldita perra - chillo desde la otra línea.
Yo tengo mucho que contarte - ignorando su comentario.
Lo sé, Ryan me lo contó todo - respondió como si nada.

Se habían arreglado, Ryan y Justin.

¿Te lo contó? ¿Lo viste anoche? ¿Sabe lo del bebé? ¿Reaccionó bien? - escupí.
Calmate Emm, no se lo dije - suspire pesadamente - Y no se lo diré, respecto a lo de anoche, no, no lo ví, el llamó.
Tienes que decírselo, es su hijo - fruncí el ceño - ¿Sabes por todo lo que tuve que pasar anoche cuando Justin encontro el test de embarazo en mi bolso? - agrege aún molesta.

Mientras le contaba todo lo que me había hecho pasar Justin en el hospital, Carly no pudo evitar reír, haciendo que me uniera a ella.

Recordé como había reaccionado con el supuesto bebé, una risita salió de mi boca, no estábamos preparados para ser padres.
Pero una pizca de mí, quería tener algo nuestro dentro de mi interior.


Dulce Oscuridad ©Where stories live. Discover now