Viaje.

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Después de la inesperada visita de Justin nos quedamos hablando por horas.

¿Por qué compraste dos boletos de avión? – le pregunte mientras tomábamos una taza de café en la terraza.

No sabía si te querrías ir conmigo – parecía casi avergonzado.

Así que.... Puedes dársela a la persona con la cual te gustaría, tú ya sabes – mientras miraba sus zapatillas.

Se me encogió el corazón.

Algunas veces Justin era tan inseguro de sí mismo, lo cual era raro y extraño.

Me gustaría ir con Cody – hable, tratando de no reírme.

El levanto su cabeza de inmediato con el ceño fruncido.

¿Qué? ¿Con Cody? Debo estar loco si te dejo ir a la ciudad del amor  - paro un momento para hacer comillas con sus dedos, estaba furioso – con ese idiota – termino.

Ahora ya no estaba sentando, se había puesto las manos en la cabeza y estaba tirando de su cabello.

No aguante más la risa y explote, mientras el me miraba como si estuviera loca.

¿Qué es tan gracioso? – parecía indignado.

Tu celoso – le respondí una vez ya cuando me había calmado.

No estoy celoso – se había cruzado de brazos haciendo que se le marcaran más los abdominales con esos tatuajes, oh dios.

Entonces no te molesta que valla con Cody – tome mi teléfono y busque su número, se lo mostré y apreté llamar.

De un segundo a otro el teléfono ya no estaba en mis manos, sino volando por la habitación.

Abrí mi boca sorprendida por su reacción.

Oye – gruñí hacia él.

Me pare a buscar mi celular pero Justin me lo impidió. Se acercó rápidamente, haciéndome caer en mi cama. Se puso arriba mío sujetándose sobre sus codos, para no cargar su peso. Sentí como mi respiración se estaba haciendo más agitada y un calor interno empezaba a salir.

Acerco lentamente su boca a mi cuello haciéndome soltar un gemido, recorriendo lentamente mi rostro haciéndome estremecer con cada caricia.

De poco iba subiendo la intensidad, empuje a Justin y le saque su camiseta tirándola hacia un lado de la habitación.

Lo bese, sintiendo sus mano ahora sobre mí debajo de mi blusa, sentía que iba a explotar en cualquier momento.

Tomo mis jeans y comenzó a desabrocharlos.

¡Emma no creerás esto! – entro de la nada mi mejor amiga arruinando el momento, tire de Justin haciéndolo caer al piso.

Oh dios, lo siento... yo...debí haber llamado – dijo tratando de disculparse.

Justin parecía cabreado. Mientras se paraba, tomo su camiseta y se fue directamente al baño.

Debe odiarme – murmuro Carly.

Son más de las 5 de la mañana, ¿Qué era tan importante? – tratando de cambiar el tema.

No es nada, te lo digo después – negó con la cabeza.

Santa mierda – chillo mientras veía los boletos que estaban sobre mi mesa de noche.

Este chico debe amarte para llevarte hacia otro continente – no puede evitar la sonrisa en mi rostro.

¿Amarme? No creo que fuera posible.

¿Con quién iras? – pregunto emocionada.

Apunte hacia el baño señalando a Justin, ella hizo una mueca.

Te odio – se acercó beso mi mejilla y bajo por el balcón.

Fui a cerrar las ventanas con llave y toque la puerta del baño.

Nada.

Vamos Justin – hable mientras bostezaba.

Frote mis ojos, me había bajado todo el sueño.

Tire de las mantas y me acosté esperando que saliera tratando de no quedarme dormida fallando en el intentó.

Sin embargo pude sentir cuando la puerta se abrió y Justin se ganó al lado mío mientras me sujetaba en sus brazos.

Después de eso todo se volvió negro.

Emm, baja a desayunar – sentí la voz de papa del otro lado de la pared lo que me hizo ponerme en alerta para advertirle a Justin, pero no estaba.

La cama estaba fría.

Al bajar las escaleras sentí la voz de papa y otra persona conversando animadamente.

Fruncí el ceño dándome cuenta que papa nunca traía a sus amigos a desayunar.

Entrando a la cocina reconocí a la persona.

Justin.

El solo me sonrió.

Idiota.

Encontré a tu amigo afuera de casa y lo invite a desayunar – hablo papa revolviendo unos huevos. Sin tan solo supiera.

Claro – sonreí mientras lo pateaba por debajo de la mesa.

Auch – susurro bajando la mano para sobarse.

¿Hiciste tus maletas? – pregunto dándose vuelta para mirarnos.

No, ¿para qué? – dijo confundida.

¿No iras a parís? – lo mire sin entender.

¿Cómo sabia mi padre sobre el vuelo hacia parís?

El boleto sale hoy a las 2 de la tarde – hablo Justin riendo.

Prácticamente volé del asiento, para preparar mis maletas.

Presentía que este viaje seria... interesante.


Dulce Oscuridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora