Capítulo 19: Unión de cuerpo y mente.

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Capítulo 19: Unión de cuerpo y mente.

ISAURA

Ya llevábamos una hora en la sala de espera, éramos ocho personas andando de un lado para otro sin querer sentarnos y sin fuerzas para hablar, solo queríamos oír una cosa y era que Leia estaba bien.

Uno de los enfermeros de guardia se había encargado de ir a avisar a Gadreel, pero ninguno había aparecido todavía. Supongo que después de esto, Gadreel se fiará un poco más de Leia, al fin y al cabo, se interpuso entre una bola de fuego y Malak. Lo que me llevaba a preguntarme algo, ¿por qué lo hizo? Vale que yo fui la primera en notar el feeling* que había entre ellos, pero protegerle de esa manera, era mucho más que una mera atracción, se gustaban de verdad.

Entonces empecé  a fijarme en la actitud de Malak, en cada comportamiento y en cada suspiro de desesperación. Estaba incluso más ansioso que yo, sus zancadas de un lado a otro eran hasta agresivas y miraba la puerta por la que debía aparecer el médico con odio.

- Isa, tenemos que hablar. – dijo Alan interrumpiendo mi psicoanálisis de Malak.

Alan era otro caso que analizar, desde que le habíamos contado todo, su aspecto y su sonrisa habían decaído, poco quedaba de aquél chico galante que me llevó a ver una adaptación de obra de Shakespeare.

- Pues hablemos. – dije con una sonrisa tímida, intentaba que se sintiera cómodo.

- Es que no…yo no… - empezó a dudar en como decírmelo, pero al final cogió aire y lo soltó de carrerilla. – Todo esto es una locura, ¿brujos? ¿en serio? Y para colmo, no sé que estoy haciendo aquí, no sé porque me dejé engañar para venir y tampoco sé en qué puedo ser de utilidad, quiero ayudar y no sé cómo. Y eso Isa, eso me está consumiendo.

Casi me hacía querer abrazarle y no soltarle nunca, él quería ayudarme, quería hacerme todo esta locura más fácil. Pero el mero hecho de sentirme feliz por tenerle, también me hizo desdichada. Yo no quería involucrarle en esto, yo solo quería que se fuera y que viviera una vida normal, la vida que yo no podré tener.

Pero no podía decirle eso, debía saber la verdad y debía tomar sus propias decisiones. No me enfadaré con él por no tomar el camino que yo quiero.

- Para eso estas aquí, hablaras con Gadreel y él te dirá que puedes hacer. Ya lo hizo con Paul. – eso le hizo juntar las cejas de incomprensión.

- ¿Quién es Paul?

- Es un amigo de Adalia, él tampoco es brujo. – dije con una sonrisa de apoyo.

- ¿Hay más “no brujos” por aquí? – dijo él poniendo unas comillas con los dedos en “no brujos”.

- No, solo vosotros.

La puerta que Malak había estado maldiciendo, al fin se abrió y tras ella, salió un médico con bata blanca y que me recordaba a alguien, era el mismo doctor que había operado a Adalia.

ADALIA

El doctor Mittel salió de la misma puerta por la que se habían llevado a Leia hace ya una hora. Nada más verle, recuerdos dolorosos llegaron a mi mente: yo en una camilla llena de sangre, los enfermeros desconociendo mi identidad, los momentos previos a que me durmieran para operarme. Pero entones algo llegó a mi mente, un recuerdo aún más doloroso pero importante a la vez, el recuerdo de como la unión de los cuatro me había curado la herida, ¿cómo no lo habíamos probado con Leia?

- La herida estaba infectada y por eso la alta fiebre, - empezó a explicar el doctor. – se pondrá bien en cuanto los antibióticos hagan su efecto. – todos suspiraron a la vez, pero la mirada del médico se volvió algo más siniestra y nos miró a todos con enfado. – Teníais que haberla llevado a un médico, aunque sea un hospital normal, ellos habrían curado su herida decentemente.

Saga Elementos IV: Destino de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora