Capítulo 35: La desesperante espera.

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Capítulo 35: La desesperante espera.

KAI

El viento envolvía todo mi cuerpo, rozaba mis desnudos brazos y los golpeaba con fuerza por culpa de la velocidad. El rugido entre mis piernas indicaba que ya no podía ir más rápido, que había llegado a su límite.

“Mi Ninja nunca se hubiese rendido tan pronto, eso seguro. – pensé.”

Pero esta no era mi Ninja, era una Suzuki mal cuidada y con demasiadas reparaciones encima. Era la única moto que Ralph había conseguido desde que regresamos de la batalla. Ni siquiera se la había pedido, pero ayer por la mañana, tras recibir aquel odioso e-mail, se presentó en la casa con ella y sin que nadie la viera, incluso sin dar las gracias si quiera, me subí y desaparecí de la vista de todas las miradas compasivas.

Desde entonces pasaba el menor rato posible en la casa, solo iba a las comidas y a las cenas, luego me volvía a ir. Y cuando llegaba por la noche, era tan tarde que todos dormían.

No iba a ningún lado en particular, solo conducía y conducía hasta que llegase la hora de volver, aunque siempre pendiente de notar algún rastro que pudiese ayudarme a encontrarla.

Todo parecía estar cambiando en mí. Mis pensamientos se oscurecían con las horas, ya empezaba a desear más el encontrar a Alexa que a Eve, porque cuando la encuentre, la mataré con rabia. Deseo que sufra todo el dolor que siento yo, mataré antes a todos los que la rodean, la haré sentirse tan sola, que ni siquiera conciba su futuro. Y luego acabaré con su vida.

- ¡NOOOOO! – grité mientras frenaba la moto en seco, consiguiendo que se desviara hacia el arcén y casi caerme de ella.

Mis pensamientos me habían hecho chillar, era como una llamada de atención de mi yo interior. Sabía lo que quería, que guardase la calma, que me concentrara en la búsqueda de Eve y no en la muerte de Alexa. Pero claro, es mucho más fácil decirlo que hacerlo, soy yo el que tiene que vivir con el vacío en mi pecho, con la falta de aire en mis pulmones y con mi imaginativa mente que no para de deducir cada golpe que le habrían dado. Ella era mi chica y la necesitaba. Es mi punto de apoyo en el lado bueno, si no llega a ser por ella, yo sería un sombra.

- Eve, te necesito. – dije en un susurro mientras tiraba la moto de cualquier manera.

Me adentré en el bosque, simplemente por hacer algo. Deseaba perderme aquí, deseaba poder escapar de todo, deseaba que Eve estuviera a mi lado.

“Siempre estoy a tu lado. – dijo una voz dentro de mi cabeza, solo que parecía que ella lo había dicho.”

En parte me asusté, ¿me estaba volviendo loco? La había escuchado de verdad y aunque sabía que era imposible, solo deseaba volver a oírla. ¿Acaso era mi obsesión por tenerla lo que me hacía tener alucinaciones? Y por irracional que pareciera, me puse a hablarla:

- Dime qué debo hacer, me siento perdido sin ti. – dije con la misma pena que había dicho antes “te necesito”.

Deseé con todas mis fuerzas volver a oírla, hasta hacía fuerza por escuchar para no perderme nada. Y como si estuviese a mi lado, dijo:

“No me necesitas. Tu eres William Kai, tu puedes con esto.”

Su voz sonaba dulce y fuerte, como si realmente se creyera lo que decía, pero lo cierto es que ni yo me lo creía, sin ella no era nada, un simple chico que había perdido la razón por la que querer levantarse por las mañanas.

- ¿Cómo voy a poder si no estás a mi lado?

“Tú solo sigue, me encontrarás.”

Y como si fuese una promesa hecha por la Eve de verdad, confié en ello. Ya no tenía ninguna duda de que acabaría teniéndola entre mis brazos otra vez, de que la encontraría viva y de que juntos acabaríamos con Alexa. Aunque seguía sintiendo la necesidad de matarla de forma cruel.

Saga Elementos IV: Destino de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora