#Ganadora: Angela_phoenix_27

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—Mami, ¿Podemos ir a la biblioteca? —pregunté con apenas 6 años señalando al gran edificio por el cual estábamos pasando por delante

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—Mami, ¿Podemos ir a la biblioteca? —pregunté con apenas 6 años señalando al gran edificio por el cual estábamos pasando por delante.

—No —contestó de manera frívola—Tienes una audición dentro de 10 minutos y no pienso permitir que lleguemos tarde.

—Vale, mami —contesté triste, pero a ella no le importó.

Durante mis próximos 3 años me la pasé de casting en casting hasta que finalmente gané un trabajo, era el papel de un hombre que era parte de la mafia. Aquel papel me dió la posibilidad de descubrir los grandes mundos que había dentro de los libros ya que "Karen" —la chica a la que yo interpretaba—, tenía muchos libros y no dudé en aprovechar aquello quedando completamente enamorada.

Lamentablemente mi madre se enteró cuando tenía 11 años y estaba en el set de rodaje con un libro en mis manos.

—¡¿Cuántas veces tengo que decirte que lo único que te tiene que importar son tus papeles?! ¡Los libros no te harán ni rica, ni famosa! —me gritó asustándome—Los libros son solamente una distracción, no te ayudarán en nada.

—Pero... —quise hablar pero no me lo permitió.

—Cómo me vuelvas a desobedecer créeme que no dudaré en echarte de casa —me dijo señalándome con un dedo mirándome con odio.

Sabía perfectamente que mi madre era capaz de ello, pero eso no me iba a impedir dejar de leer, que ella no apreciara la importancia de alimentar la mente con mundos, ideas, sueños y muchas cosas más, no quería decir que yo tampoco lo apreciara, al contrario, lo amaba.

A los 14 años surgió una idea en mi mente. Era sobre escribir un libro que tratase de cómo una niña lucha por cumplir su mayor sueño, su mayor anhelo, ir a una biblioteca y contar los problemas que se plantan en su camino ocasionando que cada vez le dificultara lograrlo, pero que aquello no fuese un impedimento a lo fuerte, lista y dura que era.

Me parecía una gran idea, aunque sabía que mi madre ni viva, ni muerta, permitiría" tal absurdo acto", así es cómo ella denominaba a los libros, además de pérdidas de tiempo.

Cabe recalcar que empecé a escribirlo poco a poco para que mi madre no sospechara o alguien del equipo de producción de la película que estaba rodando informase a mi progenitora. Obviamente no todos eran malos, pero era mejor contar lo mínimo y justo, que abrirle tu corazón a alguien, a pesar de que a veces sonaba como una buena idea, en realidad no lo era.

Antes pensaba que abrir tu corazón significaba que la persona a la que se lo estabas abriendo también lo haría, pero no, algunas personas solamente te trataban con tal de que contaras algo que pudiera joder tu vida —aunque no todas eran así—, había algunos actores con los que había hecho buenas migas, pero ninguno conocía mi amor por la lectura.

A las edad de los 18 años ya tenía escrito un gran número de páginas sobre mi historia.

Había logrado ganar carácter al respecto, nadie podía decirme qué era lo mejor para mí sin yo pensarlo detenidamente antes de acceder o negarme, nadie podía decir ya que era la misma chica cobarde de años atrás, porque no era así, ya no me escondía, yo daba la cara ante cualquier injusticia que aparecía en mi camino.

Incluso con mi madre.

Cuando aprendí que podía tomar las riendas de mi propio camino decidí que ya era hora de que la nueva yo naciese cual fénix resurgiendo de sus cenizas, sé que no sonaba muy lógico pero para mí eso significaba que una nueva yo nacía y la otra moría.

En el primer momento que le conté cómo quería vivir mi vida ella no dudó ningún segundo en ponerse a gritar como loca, la antigua yo se habría asustado hasta el punto de disculparse por nada, pero ésta nueva yo conocía perfectamente qué era lo que quería y cómo quería vivir su vida.

Me pasé años y años leyendo historias sobre todo tipo de mujeres, pero las que más me gustaban era las fuertes, las decididas, las que no se dejaban callar o intimidar, así que por eso decidí convertirme en una de ellas.

Ahora, a mis 27 años me encontraba con mi libro —el cual terminé de escribir hace un año y el que saqué a la venta hace unos meses— mirando hacia ese gran edificio que tanto me había cautivado.

Decidí entrar y cuando mis pies unas vez estuvieron dentro inhalé aquel ambiente sintiendo miles de mundo a mi alcance.

Una gran sonrisa apareció en mi rostro y a medida que mis pasos me acercaban a un sueño hecho realidad, me paré a pensar una cosa.

Mi vida había sido difícil, pero ahora me encontraba comprometida con alguien que me amaba —sí, le conté sobre mi libro y él fue quien me animó a publicarlo—, ahora tenía muchos amigos con los cuales compartir opiniones y gustos, ¡Hasta formaba parte de un club de lectura!

Definitivamente me sentía más feliz de lo que alguna vez fui.

Caminé entre los pasillos hasta que decidí sentarme en el suelo apoyando mi espalda contra los libros que seguramente iba a leer.

Con una sonrisa abrí el libro que con tanto esfuerzo, tiempo y dedicación tardé años en escribir.

—Enamorada de una biblioteca —leí con una sonrisa comenzando a leer.

—Enamorada de una biblioteca —leí con una sonrisa comenzando a leer

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Desafíos de Chick LitWhere stories live. Discover now