Capítulo 19. La desaparición de Clarke

49 4 0
                                    


Habían pasado cinco meses desde la crisis con los skaikru por el agua y la situación había mejorado para todos. Los skaikru habían abierto una vía de abastecimiento y les daban agua a cambio de protección en el camino para ir a recogerla. Y el agua lo cambiaba todo. Habían conseguido regar los campos, dar de comer a las bestias y poco a poco conseguían alimentos para abastecer a toda su gente. A la poca que le quedaba. Con el paso de los días se había dado cuenta que los meses de hambruna y calor extremo habían pasado factura. Los clanes estaban muy mermados, eso había provocado que prácticamente todos los clanes se unieran en uno solo, que estaba bajo el control de Lexa, que había reforzado su poder dentro de los clanes, pero ahora no tenían ni la mitad de la fuerza de antaño para hacer frente a amenazas exteriores. Tendrían que comenzar prácticamente de nuevo, lo positivo de todo aquello es que ahora nadie la cuestionaba, podía moldear una nueva sociedad según sus principios. Nadie le rechistaría. Había resucitado después de tres años muerta, en un momento donde la situación era extrema y en pocos meses les había dado agua, gracias a su alianza con los skaikru, y las cosas estaban volviendo a la normalidad. Todos estaban agradecidos a ella.

Cuando las temperaturas volvieron a la normalidad, decidieron que era el momento de reconstruir Polis. Hasta el momento se habían mantenido en alerta, haciendo vida prácticamente en las mazmorras, por si había otra lluvia de fuego. No sabían a qué se había debido todo aquel calor y la posterior lluvia de bolas ardientes. La chica skaikru, Raven, lo estaba investigando, pero según le contaba Kane cuando iba a la renacida Polis, aún no sabían qué había sucedido ni qué había provocado aquel aumento de temperatura. Kane les visitaba con asiduidad, siempre que llegaba el destacamento de agua, quería mantener el contacto con ellos, y siempre que podía se acercaba a Polis para hablarle de la situación del Monte Weather. Los skaikru actuaban como un clan independiente, pero aliado. Así que por fin reinaba la paz entre todos los clanes y no habían vuelto a tener ningún otro incidente como el que sucedió con el grupo que atacó a Clarke cuando iban a buscar agua. Después de tantos años habían logrado la paz que habían soñado, aunque pagando un precio por ello. Había perdido a Clarke. Tal y como dijo la última vez que se vieron, las cosas estaban yendo bien, así que no tenían la obligación de verse y llevaban cinco meses así. La echaba de menos, evidentemente, pero asumía que después de tres años, ya nada era lo mismo. Sus sentimientos hacía la rubia no habían cambiado, la seguía amando, no podía culparla por superar su muerte. Realmente, si hubiese muerto, es lo que deseaba que hiciera, que rehiciese su vida y es lo que había hecho. Bellamy no era de su agrado, nunca lo había sido, pero Clarke siempre había confiado en él y le había considerado un gran amigo, por lo que sabía que iba a estar bien con él.

Y ella, pues sabía que siempre la amaría, había sido su gran amor, la persona que le había hecho descubrir que el amor no era una debilidad, sino algo que te hacía fuerte, que te daba la vida. No había dejado de pensar ni un solo día mientras se encontraba en el Reino de Hielo y ahora no era diferente. Recordaba los momentos que habían pasado juntas, todas las situaciones, su primer beso, su primera vez,... Revivía cada escena, es lo que le hacía sentir viva, pero a la vez la mataba, porque solo eran recuerdos. No obstante, era algo que no podía resistir, sabía que hasta que no llegase el día que dejase de revivirlo, no lo superaría, pero ¿Realmente quería superarlo? Sentir que había sido capaz de amar a alguien por encima de todo e incluso de ella misma, era lo único que tenía para no volver a ser un ser apático, solo centrado en sus obligaciones.

Una noche que se despertó gritando por una de las muchas pesadillas que la asolaban durante el sueño. Kiara, su nueva guardaespaldas y persona de confianza junto a Indra, entró en su habitación alarmada por los gritos. La mayoría de sus pesadillas acababan con la muerte de Clarke o con Clarke torturada o con Clarke matándola a ella y burlándose mientras le decía que nunca la había querido. Todo giraba en torno a ella. Le ordenó que se marchase ya que no quería que la viera así, asustada y prácticamente llorando, pero no lo hizo. Se aproximó a ella y, sorprendentemente, la acunó entre sus brazos mientras le susurraba palabras tiernas y tranquilizadoras. Eso relajó a Lexa, que no rehusó al beso que le dio Kiara y tampoco lo hizo con las caricias que le regaló aquella noche. Desde entonces eran amantes, no llenaba el vacío que dejaba Clarke, ni mucho menos. Sabía que Kiara la quería y sería capaz de dar su vida por su Comandante, pero no era un sentimiento recíproco. Y se lo había dejado claro a la chica morena en más de una ocasión, pero Kiara no perdía la esperanza de que Lexa superase por fin lo de Clarke y pudiera amarla. Total, Clarke jamás volvería y tenía todo el tiempo del mundo para tratar de enamorarla.

Un Mundo Nuevo [Clexa]Where stories live. Discover now