Capítulo 9. Diferentes tipos de guerra

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Nunca se imaginó que volver a casa nuevamente le iba a poner tan nerviosa. Trataba de ocultarlo con sus pasos decididos y su mirada autoritaria a su pueblo, que la observaba incrédula como si hubiese regresado entre los muertos. Realmente, había sido así, si no fuera porque no estaba muerta. Los clanes habían visto la oportunidad para deshacerse de ella y proclamar un nuevo Comandante, pero lo que ellos no sabían es que no les iba a resultar tan fácil. Ella era Heda, la Comandante de todos los clanes y solo la muerte la privaría de ello. Caminaba custodiada por Clarke y sus amigos, que habían resultado ser los únicos fieles a ella hasta el momento. Esperaba llegar al Consejo y dar un golpe de autoridad sobre la mesa y poder por fin convivir en paz entre todos. Es lo que más ansiaba para poder llevar una vida sin que la muerte y la pérdida de seres querido fuese lo normal. Demostrar a su pueblo, que la vida podía ser algo más que sobrevivir, tal y como le había enseñado Clarke. Por fin, llegaron al Consejo y la puerta se abrió ante ellos. Fijó la mirada al frente y vio a Aden sentado en su trono. Eso solo podía significar una cosa: habían llegado tarde, el conclave había finalizado y Aden era el nuevo Comandante. Por un momento, se sintió totalmente hundida, no obstante, enseguida se recompuso. Al fin y al cabo, Aden solo era un niño y había sido un aprendiz no hacía tanto tiempo. Podría manejarle, conseguir que renunciase a liderar a los clanes. Avanzó con paso decidido por delante de Clarke que miraba de lado a lado. Estaban en terreno hostil y todas las miradas que los representantes le dirigían eran amenazantes. Quizá la única aliada que tenían en aquella sala era Indra.

- Sabía que algún día estarías sentado ahí, Aden.- empezó Lexa decidida.- Lo que no me imaginaba es que yo lo vería.- el chico parecía nervioso, temeroso y eso no le gustaba a Lexa. Alguien con miedo podía ser el enemigo más peligroso.

- Nunca se hubiera celebrado el cónclave si hubiésemos tenido la certeza que estabas viva todavía, Heda.- contestó nervioso Aden, parecía intimidado por su antigua maestra.

- No te culpo, no fue culpa tuya, si no de los representantes de los clanes que me dieron por muerta y trataron de aprovecharse de la situación para nombrar un nuevo Comandante.- reprendió Lexa alzando la voz y mirando de lado a lado a todos los representantes. Todos se removieron incómodos en sus asientos.- Por suerte, no es tarde para emendar el error, únicamente tienes que renunciar, yo soy la legítima Comandante.

- Eso no es posible.- intervino uno de los consejeros de Aden, que estaba situado de pie justo a su lado, seguramente sería uno de los que tratasen de manejar al voluble adolescente inmaduro que aún era Aden.- El nuevo Comandante fue elegido tras el conclave, él es nuestro líder.- muchos de los ahí presentes se manifestaron a favor de lo que había dicho el consejero de Aden.

- Los conclaves no se pueden realizar mientras el otro comandante sigue con vida, así que es nulo.- repuso Lexa dirigiéndose únicamente al consejero que notaba que era quien controlaba a Aden.

- Aden es nuestro Comandante.- esta vez fue un representante de uno de los clanes quien intervino.- No queremos a una Comandante débil que antepone los intereses de los skaikru al del resto de los clanes.- se escucharon varios aplausos, Lexa sabía que le podían atacar por ahí. Había quedado más que demostrado que la gente del cielo eran una debilidad para ella, más concretamente, cierta rubia que estaba ahí presente.

- Con todos mis respetos, Aden es un crío todavía.- esta vez fue Indra quien habló alzando la voz.- Mi pueblo está con Lexa.

En ese momento, se alzaron varias voces y algunos de los representantes se enzarzaron en una discusión, en la que Lexa no lograba saber a ciencia cierta lo que se decían. Lo único cierto es que los apoyos estaban divididos y eso únicamente tenía una salida posible.

- Lo siento, He... Lexa.- dijo Aden levantándose de su trono pronunciándose por fin.- No pienso renunciar a la Comandancia. Soy un Comandante electo y lo seré hasta la muerte, es lo que tú me enseñaste.- muchos de los representantes empezaron a vitorear el joven, Lexa se dio cuenta que no iba a recuperar el liderazgo tan fácilmente.

Un Mundo Nuevo [Clexa]Where stories live. Discover now