Capítulo 4. Necesidades

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Era casi mediodía y no estaban ni por la mitad del camino. Eso exasperaba a la Comandante que deseaba llegar lo antes posible a Arkadia, no obstante, el ir con todo su ejército ralentizaba el avance. La noche anterior se había reunido con los representantes de los clanes y había decidido que era hora de atacar el poblado de los skaikru. Los representantes habían salido en cuanto finalizó la reunión a ver a sus líderes para reunir a todos los hombres disponibles para la lucha. Lexa no había querido esperar a reunir el ejército de todos los clanes y había salido al alba hacia Arkadia. Una vez allí cercarían el poblado y esperarían a reunir a todo el ejército para atacar. En Polis había quedado una guarnición, pero la mayor parte de los hombres de la Comandante estaban allí. En pocos días Arkadia sería ceniza. La única condición que había puesto era salvar a Clarke y a sus partidarios, los que habían querido la paz desde el principio. Quizá la rubia tardase en perdonarle que destruyese su pueblo, pero tenía que hacerlo, se habían convertido en un problema e incluso en un peligro para la propia rubia que era rehén de los suyos.

Habían decidido detenerse para descansar y comer algo al lado de un pequeño lago. Debía conservar a su ejército fresco para el combate y no convenía que llegasen a Arkadia agotados. Lexa había aprovechado para separarse del grupo y tener un momento de tranquilidad observando la quietud del agua.

- Heda ¿Tienes un momento?- era Indra que se había acercado. Ella y Lincoln acompañaban al ejército.

- ¿Qué pasa Indra?- preguntó la Comandante, la mujer se sentó frente a ella.

- Estoy segura que los skaikru preparan una emboscada.- empezó la mujer, Lexa sonrió tristemente.

- Lo sé.- contestó escuetamente.

- ¿Entonces? Deberíamos anticiparnos, atacarles directamente.- dijo Indra alzando algo la voz.

- No podemos.- repuso la castaña negando con la cabeza.- Tienen a Clarke.

- Ella solo es una skaikru más, tu deber es proteger a tu gente.- dijo Indra con rabia, Lexa frunció el ceño, no quería discutir con la mujer no antes del combate, pero tenía que dejarle claro la importancia que tenía para ella la rubia.

- Protegeremos a Clarke con nuestra vida si fuese necesario, es mi voluntad.- ordenó la Comandante con su voz más autoritaria. Indra asintió bajando la cabeza, sabía que no estaba de acuerdo, pero jamás desobedecería una orden directa de la Comandante.- Ella es el futuro de nuestra civilización.- murmuró más bien para ella.

En ese momento, Titus hizo su aparición y sugirió que era hora de ponerse en marcha nuevamente. Lexa había querido llevar al Guardián de la Llama con ellos, normalmente se quedaba en Polis, pero en esa ocasión tenía un mal presentimiento y prefería que les acompañara. Volvieron a ponerse en marcha, Lexa calculó que llegarían bien entrada la noche al campamento de Clarke. Montarían las tiendas y al amanecer haría que el líder de los skaikru acudiese a su tienda. Había hecho que Lexa fuese hasta allí para hablar, pero el encuentro tendría lugar en su cabaña. No pisaría de ningún modo su ciudad. Su prioridad, en todo caso, era poner a salvo a Clarke y cuando lo hubiese conseguido atacaría la ciudad.

Efectivamente llegaron cuando todavía era noche cerrada, se detuvieron a unos quinientos metros de Arkadia y ordenó montar el campamento. Eran guerreros expertos, acostumbrados acampar a la espera de entrar en combate, así que en media hora ya estaba todo más o menos organizado. Durante todo ese tiempo, Lexa esperó algún tipo de movimiento de los skaikru, pero no hicieron nada, aunque estaba segura que sabían que habían llegado. Así que decidió retirarse a su tienda a dormir unas horas. Notaba los nervios propios de antes de entrar a batalla, pero había algo más esta vez, en unas horas volvería a ver a Clarke. Pensando en la rubia cayó en un profundo sueño.

Un Mundo Nuevo [Clexa]Where stories live. Discover now