Capítulo 17. Agua

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Cuando regresaron a Monte Weather, se encontraron con el otro gran problema que ya se suponían en los días anteriores. Tenían reservas de agua para aguantar como mucho dos semanas y racionalizándola. De comida tampoco iban sobrados, pero todavía aguantarían un poco más. Racionalizándola también. Kane y su madre se pusieron a trabajar enseguida en una solución, mientras que ella se encargaba de la enfermería donde trataban a los quemados por el fuego. Los días siguientes estuvo totalmente volcada en salvar la vida a todos los que pudo, aunque tratar quemaduras era de lo más difícil que había. Al tercer día, volvió Bellamy y consigo traía más heridos y al resto de habitantes que habían sobrevivido, entre ellos Murphy y Jasper, que se reencontró con su gran amigo Monty después de varios meses sin verse. Con ellos también estaban Octavia y Lincoln, que estaban esperando que los pocos terrestres que quedaban ingresados por las quemaduras se acabasen de recuperar totalmente para acompañarles a Polis. Por una vez desde hacía mucho tiempo su gente volvía a estar junta, unida para enfrentarse a los tiempos tan difíciles que se avecinaban.

No había vuelto a tener contacto con Lexa, en esos días, lo último que supo es que se iba a quedar a reconstruir Polis junto a los terrestres, que ahora la apoyaban por haber aparecido cuando la creían muerta de la nada y dedicarse a ayudar a rescatar a los heridos. Con la muerte de Aden, los terrestres habían perdido a su referente y el regreso de Lexa les había llegado caído del cielo. Si alguien podía tomar el mando ahora, era ella, por su inteligencia, su autoridad y liderazgo.

Clarke había hecho llamar a Lincoln para que estuviese con ellos y le ayudase en la enfermería, eso parecía calmar a los terrestres, al ver una cara familiar. Se encontraban cambiando las vendas a uno de los quemados terrestres que más grave estaban, dudaba que fuese a sobrevivir, tenía quemaduras muy graves por prácticamente todo el cuerpo. El hombre había recuperado la consciencia e incluso habían entablado conversación, pero estaba bajo los efectos de los calmantes. Lincoln la ayudaba en esos momentos cuando el hombre susurró unas palabras que Clarke no entendió. Miró interrogativa a Lincoln, que acercó su oído a la boca del hombre porque él tampoco había llegado a escuchar lo que había dicho. Pasados unos segundos, levantó la vista.

- ¿Qué ha dicho?- preguntó Clarke intrigada.

- Que es un honor que la mismísima Wanheda esté cuidando de él.- le tradujo Lincoln, Clarke torció el gesto hacía mucho tiempo que nadie la llamaba así y no se sentía cómoda con ello.

- Yo ya no soy Wanheda, no soy nadie.- repuso Clarke en un murmuro siguiendo con su labor.

- Somos lo que somos, Clarke.- le dijo Lincoln, la rubia levantó la vista. Esa frase. La había escuchado hacía mucho tiempo en boca de Lexa.- Tú eres la líder de los skaikru y alguien importante para nosotros. Nunca dejarás de ser una líder, forma parte de ti- el terrestre soltó un suspiro antes de continuar.- Sé lo mucho que has sufrido...

- No tienes ni idea.- le interrumpió, nadie sabía por lo que había pasado, lo mucho que había sacrificado por su pueblo y por los terrestres. Nadie nunca podría saberlo.

- Pero me lo puedo imaginar, si le pasara algo a Octavia, me volvería loco.

Clarke le miró a los ojos, definitivamente, no eran tan diferentes. Los terrestres y ellos. Eran humanos, ambos eran capaces de amar o sufrir, por mucho que hubiesen estado noventa años separados, no dejarían nunca de serlo. Era lo que siempre había intentado demostrar desde que había llegado allí, desde que había conocido a Lexa, pero siempre había alguien empeñado en sacar a relucir diferencias que en realidad no existían. Lexa había tenido que "morir" para poder vivir en paz y no solo la Comandante, muchos antes que ella se habían dejado la vida por la paz.

Un Mundo Nuevo [Clexa]Where stories live. Discover now