Prólogo

8.3K 420 13
                                    

Disfruten del booktrailer en multimedia


Worcester, Inglaterra 1796
Tercera persona

-Escúchame, Margaret. Si hubiese una palabra ideal que te caracterizase sería "terca". Tu necedad me causa horribles jaquecas... se trata de tu futuro, de tus posibilidades, de tu destino como la hermosa y orgullosa dama inglesa que eres, y pronto, una esposa digna de cualquier noble- Alegó Lady Beatrice, alzando la mano, expresando cada palabra con un ademán.

La joven frunció la boca como muestra del desagrado que le causaba esa conversación tan habitual y cansina.

-¡Por favor tía, no puedes hacerme esto a mí! El hecho de estar mayor aún me exhíme del deber de conseguir esposo. Es más, ni siquiera lo necesito, creo que puedo esperar, pienso que todo debe ocurrir a su debido tiempo. Yo podré enamorarme cuando lo desee, cuando me considere apta o cuando los impulsos lo demanden- Margaret hizo una pequeña pausa- Aún no me considero lo bastante suficiente.

-Eres suficiente y mucho más- Aseguró la mujer, como si de su propio futuro se tratara.

-No lo soy; quizá no aún para casarme. Crees que mis capacidades son rebosantes pero no lo creo así.

Beatrice torció la boca y frunció la cejas- ¿Qué más capacidades que la hija mayor de lord Lodwig? ¿Qué más que la belleza y la fortuna que Dios te ha proporcionado? O también las penurias.

-El sabio Platón dijo "Debemos buscar otra causa para nuestros males que no sea Dios". -Beatrice rodó los ojos, sabía de sobra los conocimientos que tenía su sobrina acerca de mitologías y frases, y a veces hasta la fatigaba. Esa era una de las tantas pasiones de la hermosa, fresca, rebelde y racional lady Margaret Lodwig.

-No se atribuye a Dios la muerte de mi querido hermano.

-No he venido aquí exclusivamente para contraer matrimonio; he venido para ser libre, tía, ser más liberal con respecto a las actitudes que se toman en Londres. Que por lo que he visto, no son muy distintas a las de aquí- Beatrice sabía que su sobrina se refería a que, aunque fuese Worcester una ciudad distante a Londres, quizá menos rica pero igualmente bella, no quería decir que se le permitieran cualquier tipo de libre albedrío.

-Eso no está permitido en ningún sitio al que vayas. Podrías recorrer todo el mundo y aún así no encontrarías un solo territorio con sus rígidas reglas.

Margaret frunció el seño, se negaba a creer... tomó un nuevo sorbo de su té para alivianar la tensión acumulada en su mandíbula. Decidió ignorar ese último comentario.

-Yo tan solo no deseo casarme, tía Beatrice. Es un pedido muy simple y la razón por la cual vine a la ciudad, a vivir contigo apenas muerto mi padre; él nunca apoyó mis ideas, a diferencia de mis hermanas- Contraatacó.

Sabía que los sirvientes podrían estar escuchando y murmurando en la cocina, y en las habitaciones, pero no le importó. La calurosa discusión que estaba manteniendo con su tía desde hacía ya media hora, desde que ésta había sacado a flote el tema del matrimonio y toda esa sarta de moralidades que a ella tan agotadores le parecía. Suspiró una vez más, intentando calmar su intranquila mente que desde hacía rato no cesaba de inventar excusas por las cuales negarse al compromiso, un compromiso que, por su parte, Beatrice Lodwig ya tenía muy claro.

-¡Ya tienes diecinueve años recién cumplidos Margaret! - Exageró, señalandola con la palma abierta y una expresión de enfado- El hecho de tu soltería atraerá habladurías.

-Pues que hablen entonces y luego que la lengua se les caiga- Maldijo en voz alta- No son quién para hablar si todos ellos han cometido pecados- Determinó fuertemente su sobrina.

Entre Amores y Corsarios // Serie Lodwig #3Where stories live. Discover now