Capitulo 21

3.8K 427 16
                                    

Margaret

Volví a indicar silencio hacía la cocinera y el criado, pues aún no salían de su sorpresa, mientras que yo veía como la oruga, descansaba en aquel líquido marrón y humeante, tan habitual y cotidiano.

Tomé la taza de té entre mis manos sintiendo el calor que emanaba de ella. Debía comenzar la comedia. Salí de la cocina y me dirigí de vuelta al salón, allí, Lord Henry seguía esperando, sentado pacíficamente, con una pierna sobre la otra en una posición de solemne altitud, que yo desvanecería. Al verme, volvió a sonreír, había dejado los dos misteriosos cuadros apoyados en el sofá, de cara al terciopelo de modo que aún seguía sin verlos.

Me acerqué a él llevando el té, fue cuando olvidé ponerle siquiera una pequeño plato debajo, pero pasé ese detalle como menor.

-Aquí está su té Lord Henry- Intenté ser convincente y hasta amable- Me tomé el atrevimiento de traérselo por mí misma, espero no haberlo ofendido- Exclamé con delicadeza.

Él solo sonreía- De tus manos todo viene bien querida- Dice.
Finjo estar feliz con aquel comentario.

Apoyó el té sobre la mesa, inclinándome un poco hacía él.
Él me observa un momento y acerca su rostro peligrosamente al mío.
¿Qué pensaría?¿que nos besaríamos?
Alerta Margatet.
Alejo mi rostro indudablemente y con rápidez, actuando indiferentemente, como si nada hubiese pasado.

Él, me observa, sin sospechar nada; no ha notado la oruga, que está sumergida y viva en el té. Ni siquiera parece haber mirado la taza.
¡Estaba tan cerca!
Esperaba que lo tomara pronto. Vuelvo a sentarme frente a él, y Lord Henry, toma lo que parecen ser los dos cuadros y los voltea hacía mí. Eran los que él había traído anteriormente.

Eran muy bonitos, debía admitir, uno representaba a una joven mujer, que no era de clase alta, cuya vestimenta llamativa la hacía parecer más bien parecía una muchacha de cabaret; y el otro, ilustraba a una niña de cabellos rubios y rasgos inocentes, sosteniendo un pequeño gato gris.

Eran muy bonitos, debía admitir, uno representaba a una joven mujer, que no era de clase alta, cuya vestimenta llamativa la hacía parecer más bien parecía una muchacha de cabaret; y el otro, ilustraba a una niña de cabellos rubios y rasgos inocent...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-Son especialmente para tí- Alegó él- Para que los coloques en tu alcoba, y te acuerdes de mí, siempre que los veas- Aclaró

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


-Son especialmente para tí- Alegó él- Para que los coloques en tu alcoba, y te acuerdes de mí, siempre que los veas- Aclaró.

Aclararé algo, admitía que esos dos retratos eran bellos, lo que no era muy bello era que quien me los diera, fuera Lord Henry.

Entre Amores y Corsarios // Serie Lodwig #3Where stories live. Discover now