Capitulo 15

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Adrianne

La aguja iba y venía sobre la fina tela celeste, la atravesaba y salía por el otro lado, volvió a introducirse en la tela en un vaivén hipnótico.
La aguja atravesó la tela y por error, cayó sobre mi dedo índice con su diminuto filo brillante, provocando que un hilo de sangre, fino y delgado, se deslizara por mi dedo.
Me llevé el dedo índice que sangraba, a la boca. Cuando paró, fuí a calentar agua.

A continuación, me fijé en donde se encontraba mi hija, me acerqué hacía su cama. Mi hija era la única razón por la que yo estaba viva, era la única persona que valía la pena en mi vida. No creía que el suicidio era la salida de las cosas y con esto último quería decir que mi existencia estaba dedicada a ella.
Mis padres, antiguos lecheros, que, aunque humildes, me instruyeron en la importancia del carácter, habían muerto ambos y yo me había quedado sola con Marie. Realmente no le había dado mucho honor a los modales y el respeto que ellos me habían profesado; después de todo, había terminado trabajando en un burdel y eso no era lo más honrado.
Como decía, ahora solo tenía a Marie pero ella estaba enferma.

Me acerqué a mi hija, que estaba tendida sobre la cama, dormida, muy tranquila. Su expresión serena me calmaba de las angustias internas que había tenido los últimos días. Puse mi mano sobre la frente de mi hija y noté, extrañamente, que ya no hervía en fiebre como hace unas horas. Sin embargo, aunque estaba extrañada, que ya no hirviera en fiebre me alegraba, quizá era una señal y ya se estaba mejorando a pesar de que Henry no hubiera enviado ningún médico para ella. ¡Ese miserable! Aborrecía su actitud tan distante y fría, él quería herederos pero no sabía como cuidar los que ya tenía. Eso lo había dejado claro pues no se había dignado a mandar ningún experto para que atendiera a Marie, quien era su hija también. Recordé cuando me enteré que estaba en cinta y se lo dije, Henry se burló de mí y me dijo que nadie podía asegurarle que él era el padre, pues mi profesión era algo dudoso en esos temas de fertilidad. Pero había resultado que sí, era el padre debido a que no me había acostado con otro al analizar los momentos en que había quedado embarazada, y además de su innegable parecido.

Esbozé una pequeña sonrisa melancólica, quizá Marie mejoraría, quizá ahora podría recuperarse pero entonces, me dí cuenta de lo pálida que estaba, de la blancura y pulcra calma que presentaba su rostro. Por simple inercia acerqué mi mano hacía sus fosas nasales, quizá para corroborar una preocupació lejana. Un temor escalofriante me invadió cuando sentí que su nariz no inhalaba ni exhalaba, sentí que ella no estaba respirando. Mi tráquea se inmovilizó, mi corazón se aceleró, mis labios temblaron.
No, esto no podía estár pasando.

Me aterroricé y toqué sus brazos,sus pómulos y su cuello, Marie estaba relativamente fría, helada, todo ella estaba fría y blanca, completamente pálida. Un hilo frío me recorrió la espalda y me cosquilleó el cuello, me angustié.
Me asusté tanto que recurrí a mi vecino, quien era practicante de médico, y había estado en Versalles el último año, razón por la cual no pude pedirle ayuda con lo que padecía mi hija, anteriormente. Por más que mi vecino había llegado apenas ayer a Worcester, debí acudír a él rápidamente y le pedí que revisara a mi hija.

Recurrió a mi pedido con un pequeño maletín, y corrimos hacía mi casa, entramos y yo me quedé fría, expectante por un resultado, entrelazé mis manos pidiendo mentalmente que no ocurriera lo que yo presentía.

Él se arrodilló a su lado y tocó su frente, su garganta y su nariz, al ver que no respiraba, dió de beber una infusión de un frasquito que había sacado del maletín, adenteó el líquido en su boca y tomó su mentón tirándolo hacía atrás para que se deslizara hacía el interior de su garganta. Pero ella seguía allí, pacífica, inerte y blanca, como dormida y con ambos ojos cerrados. Mi vecino la sacudió un poco y abrió sus ojos, pero ella seguía inmóvil.
Mordí mi uña, con ansiedad y temor.

Entre Amores y Corsarios // Serie Lodwig #3Where stories live. Discover now