❀ cuarenta y tres ❀

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[narrado]

Domingo, 00:15 AM.

Sentía murmullos a su alrededor, pero ninguna voz que pudiera reconocer. Eran grititos desesperados y luego sintió sus pulmones volviendo a hincharse.

—¡Seba! —chillo la Vale sentándose de golpe para luego volver a desvanecerse de inmediato sintiendo la presión en el pecho volver.

Los presentes en la habitación se miraron entre sí, alarmados para luego ser asustados por unos puñetazos azotando la puerta.

—¡Seba, por la chucha, vai a tirar la puerta! —gruño el Lucas del otro lado tratando de detener los golpes incesantes del Seba.

El Lucas nunca había visto así el Seba, este siempre parecía estar en calma, manejándolo todo de manera verbal. Sin embargo, ahora no parecía la mejor ocasión para sentarse hablar y estar en calma.

Al abrirse la puerta el Seba saludó rápidamente a la cumpleañera, la Isi, ignorando al resto y luego al lograr enfocar su vista en la Vale se lanzo a un lado de ella.

—Vale. —susurro casi sin aliento tomándole la mano.

—¿Qué fue lo que le paso? —escucho que alguien preguntaba a su espalda.

—Su pololo la estaba ahorcando. —dice el Lucas tratando de explicar en palabras simples sin dar rodeos.

Las palabras dichas por el Lucas flotaron con tensión dentro de la pieza.

—¿Qué? —soltó la Isi casi inaudible.— ¿Cómo que la estaba ahorcando?

El Seba la miro un momento repasando si era buena idea o no el contarle la situación, luego asintió confiando en que no saldría de aquella pieza lo que él dijera.

—El pololo de la Vale es un culiao que esta mal de la cabeza, es un tóxico de mierda, la cela por todo, le revisa el celular, la manipula, y se la ca...

—Seba, basta. —dice el Lucas sabiendo que la rabia podía volver en el Seba.

El Seba dejo de pescar, de nuevo, y concentro su vista en la Vale.

—¿Y por qué chucha no termina con él? —suelta la Isi bastante molesta.— ¿Y tú la conoces? —pregunta en dirección del Lucas.

—Es mi amiga.

Y eso pareció caerle como detonante a la Isi, porque lo siguiente que capta el Seba es el griterío de la Isi no comprendiendo el por qué de que la Vale siguiera en esa relación.

—¡Isidora, basta! —grito una de las amigas de la Isi.— No es momento de reproches, no sabemos el trasfondo de la historia así que no podemos opinar. A la mina el pololo casi la mata ahora mismo y tú lo único que estai haciendo es empeorar la situación con tus gritos, ¿podemos retomar la situación y llevarla a alguna clínica o a su casa?

El Seba miro agradecido a la amiga de la Isi, la Pía, por haber parado el griterío. Él se levanto y miro al Lucas.

—¿Tu viejo sigue de turno? —pregunta el Seba mirando de reojo al Lucas.

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