11. Besos en la Oscuridad y Un Primer Baile.

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Había pasado una semana y media del la “reconciliación” entre Dylan y yo, él seguía siendo el mismo tipo duro que no le hablaba a nadie, la única diferencia es que a veces me hablaba a mí, en otras palabras había regresado a ser la misma persona que conocí… aunque últimamente me miraba diferente, no sabría decir de qué manera pero sabía que lo hacía. Estaba en mi casa terminando de comer una manzana mientras miraba hacia afuera por la ventana, estaba nublado y lloviendo un poco. El timbre de mi celular sonó, era un mensaje de Dylan. Lo leí:

 “Ya estoy afuera”

Le había mandado un mensaje cinco minutos antes diciéndole que me avisara cuando llegara y así no tocara el timbre. Baje corriendo las escaleras lo mas silenciosa que pude, antes de abrir la puerta me asome en dirección al estudio de mi padre, la puerta estaba cerrada así que supuse que no habría ningún problema, últimamente había regresado su temperamento de mierda y esta mañana habíamos tenido una discusión por nada, no podía dejar que viera a Dylan llegar, armaría todo un show por ver a un chico llegar a su casa, aunque fuera por un estúpido proyecto de historia. Abrí la puerta y antes de que Dylan pudiera decir algo lo tome del brazo y lo jale en dirección a las escaleras.

-¿Qué haces? – pregunto y se soltó de mi agarre.

-Shhh… cállate, mi padre está en el estudio ¿puedes subir antes de que te vea aquí?

-¿por qué?

-Porque si… mierda Dylan no preguntes solo haz lo que te digo.

Escuche la puerta del estudio abrirse y las pisadas de mi padre al salir.

-Mierda – susurre y empuje a Dylan al armario debajo de la escalera.

-¿Qué haces? – susurro molesto.

-Cállate y quédate ahí. – dije cerrando la puerta. Me di la vuelta justo cuando mi padre me vio.

-Voy a regresar a la oficina, no quiero que salgas. – dijo mirando su celular.

-Solo iré al gimnasio hoy, no te preocupes. – conteste.

-¿No me escuchaste Taylor?... no quiero que salgas. – dijo mirándome enojado.

-Ya te dije que no te preocupes.

-Dije que no Taylor y punto… mañana me acompañaras a una cena de negocios – dijo y luego salió de la casa dando un portazo.

Me dirigí al armario toque la puerta. –Ya puedes salir Bestia – dije y luego espere que saliera, pero eso no sucedió, toque de nuevo. – Dije que ya puedes salir. – Pero no paso nada, puse los ojos en blanco – Mierda Dylan, ya salte de ahí – dije abriendo la puerta, en cuanto lo hice me jalo del brazo y nos encerró a ambos en el armario, el espacio era pequeño así que estábamos apretados.

-¿porque me pediste que me escondiera? – pregunto en voz baja cerca de mi oído causando que se me erizara la piel.

-Por… porque a mi padre no le gustan los extraños en su casa y menos si son chicos. – dije, mis manos estaban apoyadas en sus pectorales, se sentían firmes. Sus manos se posaron en mis caderas.

-¿Le haces caso a lo que dice tu papi? – pregunto burlón. Lo mire, estábamos muy cerca y eso se sentía extrañamente cómodo, podía sentir su aroma masculino.

-Idiota, salgamos de aquí, tenemos tarea que hacer. – dije forzándome a mi misma a alejarme de él y no besarlo ahora mismo… sentía tentación por probar sus labios y no sabía desde cuándo.

Dylan es tan idiota y exasperante y bipolar y muchas otras cosa más pero también es atractivo, tiene esos ojos verdes profundos y esos labios carnosos que provocan morderlos… Malditas hormonas.

Tentación - En proceso de correcciónWhere stories live. Discover now