10. Los 'H3'.

420 31 41
                                    

"Aún si está lejos de mí, estoy agradecida de apreciar su sonrisa."

Mi mente estaba concentrada en averiguar y dislumbrar al chico que se encontraba de pie junto a mí, que no había contestado a su pregunta anterior: "¿Esto te pertenece?"

Su voz me era conocida, pero no sabía con exactitud en donde pude haberla escuchado. Era varonil, alta y clara. Es imposible que la haya escuchado anteriormente.

ㅡ¿Me has escuchado?

De nuevo su voz.

ㅡ¿Qué?

Bufa.ㅡ ¿Estos calzoncillos de ositos cariñosos te pertenecen?

Mis ojos se abrieron más de lo normal y mis pupilas se expandieron, dejándome atónita.

ㅡNo son ositos cariñositos, es winni the pooh -dije al instante que me ponía de pie y quitaba bruscamente mi prenda interior de su mano.

El movimiento fue tan brusco que caí sobre la maleta. El chico detuvo con su pie la maleta, pero ésta cayó por las escalones, produciendo un grito por parte de mi boca. Finalmente, la maleta se detuvo y abrí los ojos, los cuales había cerrado por inercia. Mi mente ya había estado preparando mi posible muerte, pero gracias al tronco de un árbol, seguía viva.

Bendito sea el árbol.

ㅡ¡Estoy bien! -grité con los calzoncillos en alto, enseguida los bajé avergonzada.

ㅡ¡¿A caso te pregunté?! -dijo, antes de darse la vuelta e irse.

Con dificultad, me levanté y guardé todo de nuevo en la maleta. Jamás debí traer calzoncillos de winni the pooh a un instituto donde soy un chico. Dave me advirtió, tenía que ser cuidadosa con las palabras que formulaban mi boca y con lo que hacía. Además, debía guardar mis cosas personales con sumo cuidado.

Subí de nuevo los escalones y entré al edificio, me dirigí hasta la habitación 123 y leí el único nombre grabado por el momento: Hayes.

Ahora el apellido 'Hayes' me persigue a donde vaya. Suspiré y me adentre a la habitación. Era un lugar intermedio, con el suficiente espacio para dos personas. Al lado izquierdo, al fondo, se encontraban las camas de doble piso. Entrando, a la derecha estaba el baño y a la izquierda, los escritorios. Al fondo, a la derecha, había dos pequeños sofá color rojo. El primer piso estaba ocupado así que subí al segundo. Acomodé mi ropa en la comoda y escondí las toallas sanitarias y otras cosas personales.

Cogí ropa y una toalla y me dirigí al baño. Intenté cerrar la puerta con seguro, pero ésta no servía.

Genial.

Cuando terminé, me vestí con el uniforme varonil de la universidad que consistía en pantalones, saco y un chaleco con el escudo grabado, todos de color azul marino. Salí con la esperanza de que mi compañero de cuarto no estuviera. Y para mi suerte, no estaba.

Salí de la habitación y me dirigí al edificio donde se impartian las clases. Suspiré aliviada al encontrarme universitarios de ambos sexos. Revisé mi horario y dentro de 15 minutos tendría mi primera clase de fotografía.

Gritos, exclamaciones y chillidos por partes de las chicas me hicieron dirigirme hacía donde iban. Todos estaban amontonados como si estuvieran esperando a un famoso en el aeropuerto. Los gritos se hicieron más fuertes y constantes. Impulsé mi cuerpo hacia arriba tratando de observar hacia donde todos veían, pero las cabezas por parte de los demás me lo impedían. Pasé chocando con los hombros de los demás y subí las escaleras para obervar con más claridad.

Tres chicos caminaban en cámara lenta por la puerta principal luciendo "perfectos", pero más bien se veían estúpidos. Aún así, sus rostros eran borrosos ante mi vista.

Tears are Falling | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora