Tears are Falling | Terminada

Capítulo extra (baúl) parte 1/2.

[Para entender mejor, releer capítulo 1]

"Para el día siguiente, las únicas gotas que caían eran las que la lluvia había anidado en las hojas. En frente de Hollis, hay muchos árboles y antes de entrar, me gusta detenerme a verlos."-Zoé.

Ahí estaba el viejo baúl sin abrir. En éste, llegué a guardar cosas que fueron importantes para mí en el pasado. La coloqué con candado, porque juré que no volvería a abrirlo. Pero, ahora, ordenaba mis cosas personales y algunos terminarían en el cesto de la basura.

Ya no recordaba el contenido del baúl, pero ahora lo sabría. Busqué las llaves en el último cajón del mueble y, por suerte, se encontraban ahí. Fui abriendo poco a poco y con cuidado el baúl, hasta levantar la tapa de madera.

Lo primero que encontré fue una hoja, ya bastante seca por el tiempo que llevaba guardada. La examiné, cada mínimo detalle, pero no podía recordar absolutamente nada de ésta hoja. Mis recuerdos de la niñez y la adolescencia, se resumían en la muerte de mamá, el odio hacia mi padre y los celos hacia Thomas.

«Había vuelto a discutir con mamá antes de subir al avión directo a Nueva York. Estaba molesto, porque yo no deseaba ver a mis hermanos. Y tampoco quería alejarme de mi mejor amiga, ni mucho menos faltar a clases.

Pero la molestia pasó cuando bajé del avión y salimos del aeropuerto. El cielo estaba oscuro y llovía muy fuerte. Quedé empapado a causa de esto, pero no me molestó. Realmente agradecía estos días.

Cuando llegamos a casa de mi padre, Dereck, Thomas no estaba. Tuvimos que esperar a que llegara. Mientras, observaba por la ventana como las gotas caían, y escuchaba la conversación aburrida entre mamá y papá.

Creo que transcurrió media hora cuando Thomas cruzó la puerta intacto. Mamá se puso de pie de inmediato y corrió a abrazarlo.

-Estaba preocupado, hijo. Pensé que estarías empapado -habló mi padre, quien no se había puesto de pie, al igual que yo.

-Lo siento -dijo- iba a esperar a que la lluvia se detuviera, pero una compañera muy amable me prestó su paraguas.

Miré el paraguas azul que colgaba de su mano.-¿La has dejado que se mojara?

-Hola, hermano -dijo mirándome. No le saludé de regreso, en lugar de ello, volví a repetir la pregunta. Realmente no me importaba si la chica cogería un resfriado, pero me gustaba discutir con Thomas.-Dijo que estaba bien. ¿Por qué? ¿Hice mal?

-Sí -dije finalizando la conversación, al menos de mi parte, y subiendo a la habitación de Thomas.

Al día siguiente, mamá me hizo acompañarla a llevar a Thomas. Papá tenía chofer, no entendía porqué teníamos que acompañarlo hasta el instituto. Pero no quise discutir, por lo que acepté.

Ella lo llevó hasta su salón, así que, me quedé en el auto esperando. Quise matar el aburrimiento conversando con el conductor, pero su seriedad me intimidó y me arrepentí. En lugar de eso, estuve observando por el cristal del auto.

Observé a una chica caminar sin prisa por la acera, antes de entrar, se detuvo en los árboles que se encuentran fuera de la escuela. Me pareció muy linda. Yo no era un chico tímido, por lo que, decidí bajar e ir a saludarla. Pero me detuve, cuando comenzó a susurrar tres veces las mismas palabras.

-Gota. Desliza. Gota. Desliza. Gota. Desliza.

Entonces, me pareció más hermosa.

Apenas iba a hablarle, cuando se fue directo al instituto. Bajé los hombros decepcionado, ya que nunca volvería a verla.

Me acerqué a donde ella, segundos atrás, se encontraba de pie murmurando cosas que la hicieron ver linda a mis ojos.

-Gota. Desliza. Gota. Desliza. Gota. Desliza. -dije, repitiendo lo que ella había dicho. Me reí, y después sonreí.

Las hojas tenían pequeñas gotas de la lluvia del día de ayer, corté una para llevarmela, recuerdo de la primera chica que me pareció hermosa.»

Aunque no recordaba los antecedentes de la pequeña hoja, supuse que debió ser muy significativa para haberla mantenido guardada por años.