Capítulo 32: Te amo (editado)

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Tiré mi cuerpo hacia el otro lado de mi cama. Me incorporé quedando sentada, con la mirada en las baldosas blancas del suelo de mi cuarto, como esperando a que un milagro divino cayera del cielo e iluminara mis pensamientos.

Tomy es virgen.

No. Eso no es posible.

Bueno, sí es posible pero no es verdad porque Sara me dijo una vez que él ya no era virgen. Incluso creo que con Natasha de novia, una modelo que se ve en toda su grandeza que es experimentada, no podría serlo.

—¿Es verdad?— susurré lo bastante audible como para que él lo escuchara.

Seguía con mi vista fija en el suelo, como buscando una respuesta que, estoy segura, ahí no iba a encontrar. Ni siquiera volteé a mirarlo. Sabía que me iba a responder quisiera o no, estaba en su naturaleza.

—No.

Solté un suspiro de alivio. No me mal interpreten pero prefiero que si yo soy virgen, mi novio por lo menos tenga alguna experiencia sobre eso, claro que si fuera cierto que es virgen igual lo querría, creo que mucho más.

La virginidad de un hombre es algo que no dura mucho en estos tiempos y la afortunada que encuentra uno que sea virgen debería de atesorarlo.

Luego mi pecho se encogió, aunque diga que me aliviaba un poco de que no sea virgen no significa que el certero conocimiento de saber directamente que no lo es me... lastima. Tomy se incorporó a mi lado, sin decir nada. Sólo haciéndome compañía.

Me mintió. Tomy me mintió sobre ser virgen cuando no lo era. ¿Qué diablos...? ¿Por qué alguien haría eso? Una persona normal no habría dicho nada y sólo seguiría con lo que estábamos. Pero claro, Tomy no es normal.

Hermano de Sara tenía que ser.

—¿Por qué me mentiste?

—Porque fue lo único que se me ocurrió para detenerte.— volteé el rostro para mirarlo. Sus hermosos ojos miraban directamente hacia mí con súplica y añoranza —Oye, de verdad que quiero, QUIERO— remarcó —hacerlo contigo, pero... no quiero que luego te arrepientas de haberlo hecho, sólo por no haberlo pensado bien antes.

—No iba a arrepentirme, Tomy.

—Sí— aseguró mirando fijamente en mis ojos —, lo ibas a hacer. Conozco todas y cada una de tus miradas, y esa que tenías no era la de conocimiento. Era una mirada de lujuria y ensombrecida por el deseo.

Abrí la boca para protestar pero no salieron palabras de ella porque era cierto lo que decía. Hasta ahora no me había dado cuenta pero en ningún momento me detuve a pensar si eso era lo que de verdad quería.

—Quiero hacerlo cuando sienta que estás segura, tal vez si esperamos un tiempo más sería mejor.— sugirió —Tal vez nada ni nadie es perfecto en esta vida pero quiero hacer las cosas correctamente contigo porque yo... eh... yo te amo, Clary.

Si la vida fuera como muñecos animados mi corazón hubiera salido de mi pecho y empezaría a dar saltos por todos lado, que es la mejor forma de describir cómo me siento en este preciso momento.

—Yo también te amo.— murmuré al tiempo que una lágrima de felicidad escapaba de mi ojo —De verdad que te amo, Tomy.— lo besé y lo abracé —Eres la única persona en esta tierra que puede ser mi novio aún cuando sabes lo loca que puedo ser y eres el único que soporta mis momentos de niña caprichosa y berrinchuda. Te amo.

Tomy nos separó del abrazo para mirarme directo a los ojos. Podía ver la incredulidad en ellos, como no sabiendo si esto es la realidad o un mundo alternativo.

La Lista de Clary [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora