Tomy Parte II

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Suspirando de alivio por el mensaje que me acababa de enviar Rudy, me paré de la silla, recogí los platos sin siquiera decir una palabra y luego tomé la mano de Clary.

—Hay un lugar que quiero que veas.

—Pero todavía no me has...

—Sólo acompáñame, allá entenderás todo.— la interrumpí.

Ella asintió y juntos caminamos hacia mi auto. Abrí la puerta por ella y nos conduje en silencio hacia el lugar que tenía preparado. Apagué el motor y bajé del carro cuando ya habíamos llegado al bosque. Clary bajó junto conmigo y nos adentramos hacia la oscuridad de los verdes árboles juntos.

—¿Qué hacemos aquí?

—Necesito que me acompañes a un lugar. Rudy, Loren y Dulce me ayudaron a prepararlo todo. El camino está marcado con flechas lumínicas rojas pegadas en los árboles.— oí que detuvo sus pasos y volteé a mirarla.

—¿Es este el típico momento de Criminal Minds en el que sacas un arma y me apuntas en la cabeza para decirme que todo había sido una farsa, que yo era tu juguete sexual y que ya has encontrado uno nuevo?

Reí. Reí con ganas, en serio, no había reído tanto en mi vida como en este momento. Reí hasta que mis pulmones pedían aire y mi estómago dolía, lo único que podía escuchar a mi alrededor era a Clary resoplando y murmurando blasfemias contra mí.

Cuando por fin pude calmar el repentino ataque de risa (causadas por el nerviosismo, me imagino) y mis pulmones ya tenían acceso al aire, me paré del suelo, que no sabía cómo había llegado ahí, y tomé la mano de Clary en la mía.

—Sigamos nuestro camino.— y sólo para poner un poco de diversión y misterio en el ambiente añadí con voz grave: —No te adelantes a los hechos, cariño.

Clary resopló sabiendo que sólo estaba bromeando y negó con la cabeza mientras veía una curva de sonrisa asomarse en sus labios.

—En serio, debes dejar de ver tanto Criminal Minds y Castle, están afectando tu cerebro.

—Tú afectas mi cerebro con tu estúpido misterio.— bufó ella. Estaba llegando a sus nervios, podía notarlo.

Caminamos 2 kilómetros más hasta que se hizo visible, a 5 metros de nosotros, la pequeña tienda improvisada que junto a Rudy logré armar.

Era cuadrada, blanca y tenía el techo abierto porque quería que nos recostáramos viendo las estrellas. Dulce y Loren ayudaron a decorarla poniendo luces blancas alrededor para que se iluminara.

—Waoh.— susurró Clary —Tomy, esto es... waoh.— su rostro era una mezcla entre sorpresa, asombro y felicidad. Era la expresión más bella que había visto. Quiero ver esa expresión en su rostro todos los días —Imagino que eso fue un toque de Dulce.

Apuntó hacia el interior donde habían unas sábanas y un envase negro de caravelas con condones adentro.

—Apuesto todo lo que tengo a que lo fue.

Guié a Clary hacia el interior de la tienda y nos recostamos para ver las estrellas.

—Esto es mucho mejor que el típico momento de las películas y los libros donde se sientan en el capó del carro, en lo más alto de una colina, a ver la ciudad y las estrellas.— comentó Clary.

—Tal vez no estemos en una colina para ver la ciudad pero podemos ver todo el bosque desde aquí.— Clary asintió a mi respuesta aún mirando hacia las estrellas.

Era el momento. Ya era hora.

Debo de hacerlo.

Abrí mi boca para hablar pero las palabras parecieron quedarse atascadas en mi garganta. No sabía cómo comezar a decírselo.

La Lista de Clary [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora