Capítulo 11: Recordando (Parte II): ''Olvidando a William'' (editado)

14.4K 682 109
                                    

Acuérdense de que todo todavía es un recuerdo.

Ay no, esta situación no me gusta, Sara parece querer estrangular a alguien y tengo la ligera sospecha de que ese alguien es William.

En la mirada de William también puedo ver que me quiere estrangular específicamente a mí pero no me preocupo por eso, William no intimida tanto como lo hace Sara. Esa mujer es un demonio en vida cuando está furiosa.

—Gracias, Clary.— espeta con sarcasmo Will hacia mí. Me encojo de hombros y le doy una mirada inocente.

—¿De nada?— él me tira una fulminante mirada.

—Me explicas ahora mismo lo que acabo de escuchar William.— habló Sara entre dientes. Sí que está furiosa.

—Amor — empezó a decir Will —, no es como piensas que es. Ellas abortaron.

—¡¿QUÉ?!— ahora fue el grito de mi madre y mi padre el que se escuchó.

—Pero es que lo mato.— vi a Sara acercarse a Will pero la agarré por la cintura antes de que llegara a donde él estaba y la llevé como pude a mi habitación mientras ella hacia rabietas para que la suelte y pueda despellejarle la piel a William.

—¡¿Por qué hiciste eso?! Debiste dejarme arrancarle los pellejos de piel de la hermosa y sensual cara que tiene.

—Porque… aunque me hubiera gustado ver ese espectáculo, sé que pierdes los estribos una vez que empiezas a descontrolarte.— la vi relajarse por un momento y luego puso esa cara que pone cuando tiene una idea que nos dará problemas. Sí, "nos" —¿Qué estas tramando mujer?— entrecerré los ojos en su dirección y ella se acercó a mí.

—¿Qué te parece si nos vamos de fiesta, amiga?— puso una sonrisa maléfica en su rostro que me dio un poco de miedo —Hoy empieza mi plan ‘’Olvidando a William’’. No quiero saber más de ese espécimen por un laaargo tiempo, y tú me vas a ayudar.

Ayúdenme. Tengo miedo.

********

Entré al antro con Sara, soy menor de edad todavía pero Sara me consiguió una identificación falsa y al parecer no hubo ningún problema con el gorila de la entrada porque nos dejó entrar sin chistar.

Tal vez lo que de verdad lo convenció fueron las tetas saltarinas de Sara que en ese escote pronunciado no dejaba nada a la imaginación de los hombres.

Nunca había entrado a uno de estos lugares antes así que la verdad no sabía bien cómo comportarme y me sentía nerviosa por tanta gente pegada uno del otro bailando como si estuvieran teniendo sexo.

Iugh, se ve asqueroso.

—¿No es esto genial?— me preguntó Sara, gritando por sobre la música tan alta que había y moviéndose un poco al compás de la música. Ajena a todos los pensamientos horrorizados que estaban en mi cabeza.

—No estoy muy segura.— le grité de vuelta.

—Voy por unas bebidas ¿Me acompañas?— asentí con la cabeza. 

¡Pero claro que la acompaño! Ni loca me quedo aquí entre toda esta multitud sudorosa. Quién sabe si viene un pervertido a tocar mis partecitas prohibidas. No, no, no. Si no es Travis Maddox aquí nadie me tocará.

La Lista de Clary [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora