🗝FarAway🗝《Omegaverse-YM》

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El amor es dulce y amargo.

El amor es pasional y recatado.

El amor es ruidoso y silencioso.

El amor era lo que consumía a los dos hombres que se abrazaban en medio de un beso lento; tan lento que hacía crepitar el aire que les envolvía.

Yoongi posaba sus manos sobre las mejillas calientes de su omega, manteniéndolo todo lo cerca posible, mientras sus labios se encargaban de saborear aquella dulce boca.

Jimin se aferraba a la chaqueta del alfa por la espalda. Sus manos hechas puños, apretaban la tela a medida que su cuerpo se encendía en un mar de calor ondulante que viajaba lentamente por su piel.

Ambos continuaban completamente vestidos.

Las mejillas de Yoongi seguían levemente húmedas por sus anteriores lágrimas. Sus labios tenían regusto a promesas de amor eterno, de aceptación y compañerismo, de apoyo y entrega.

La vorágine del amor y el deseo se entremezclaba en sus toques.

Separándose mínimamente, continuaron con sus labios entreabiertos, rozándose. Con los ojos cerrados, compartían un pequeño momento sublime de conexión. Sus almas se elevaban juntas, brillaban y creaban el color refulgente que eran ellos.

El cuadro de su entrega iba a ser pintado aquella noche, haciendo el amor con el corazón liviano y sincero, aceptando a su compañero no solo en cuerpo sino también en alma.

No solo era el sexo y promesas vacías. No era solo la mordida. Eran ellos prometiendo elegirse en esta vida y en la siguiente; eran ellos uniendo sus fuerzas vitales para siempre, porque ni la muerte lograría dividir lo que su amor había creado.

Se habían besado por tanto tiempo, abrazándose y aferrándose en un contacto estrecho, que sus prendas ya estaban impregnadas en sudor. Sus manos se tocaban suaves pero firmes, enredándose a sus cabellos y manteniéndose lo más juntos que podían.

Sus respiraciones eran agitadas, mientras se devoraban en un beso infinito.

Jimin se separó mirando desde su posición a su flamante pareja. Yoongi sonrió y le besó en la frente, la nariz y las mejillas. Le acomodó el cabello que se le adhería a la cara por el sudor y le acarició la mejilla con la punta de su nariz, siguiendo un recorrido que lo guió por la línea de su mandíbula hasta el espacio detrás de la oreja, donde depositó otro beso.

Jimin cerró los ojos brevemente, deleitándose en esos pequeños roces.

Yoongi descansaba entre los muslos del menor, cubriendole el cuerpo con el suyo.

El mayor se incorporó un poco, quedando de frente con su pareja. Ambos se miraban directo a los ojos.

Jimin alzó una mano y le delineó con dedos trémulos los rasgos marcados, los cuales eran iluminados con la claridad de las velas. Rozando sus nudillos por la mejilla sonrojada del mayor, Jimin sonrió quedito.

Ya no había rastro de lágrimas, solo un caluroso sonrojo apetecible.

El omega lanzó pequeñas risitas cuando Yoongi se adelantó y comenzó a dejar breves piquitos en todo su acalorado rostro.

No importa qué tan excitados estuvieran, ellos no llevaban prisas...

Jimin le miró con infinito amor antes de tomar una de las manos de Yoongi, la cual estaba en su cadera, para besarla y llevarla hasta su corazón acelerado.

—Todos, siempre; todos y cada uno de mis latidos serán tuyos —le dijo en un murmuro muy bajito.

—Nuestro corazón es solo uno desde ahora, mi vida.