🗝FarAway🗝《Omegaverse-YM》

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La sorpresa de lo que dijo aquella mujer, se llevó todo el aire de los pulmones de Jimin.

—¡¡¡Tú, maldito —Señaló con el dedo al estupefacto omega—, llevas años seduciendo a Heechul!!! —Su madre, histérica, se movió hacia la cómoda donde Jimin guardaba su ropa— ¿Crees que no me daba cuenta? Cuando te sentabas en sus piernas, cuando te dejabas acariciar. Debiste morir con él aquel día. Siempre supe que eras un peligro, tu olor, siempre los alfas se giraban a verte, pero tú... tú siempre te hacías el inocente, mocoso engreído —Comenzó a sacar prendas y se las tiraba a su hijo—. Ponte esto y vete, lárgate, no te quiero más aquí y no vuelvas, Jimin. Nunca —Lo último lo dijo de una manera tan seria, tan contundente, mirando directo a los ojos vacíos de su hijo, que el verdadero frío congeló su corazón.

Jimin tiritaba, cada palabra era como un cuchillo en su estómago, no lo podía creer, no podía con eso, su mente no podía procesar todo lo que pasaba.

¿Cómo?

De manera mecánica se puso las prendas y comenzó a caminar...no lo querían ahí, se debía ir ¿No?

Su corazón pesaba, su respiración era lenta y entrecortada. Un nudo enorme se comenzaba a alojar en su garganta a medida que las palabras resonaban en su cabeza y eran procesadas.

Bajó las escaleras y miró todo a su alrededor, ese lugar que llamaba casa, ya no era más su hogar. Su madre se asomó por las escaleras y le arrojó un par de cosas.

—Llévate tus porquerías y no vuelvas. Es en serio, Jimin —Esa voz fría, esa voz que jamás había escuchado antes. Él solo sabía de palabras cariñosas y de apoyo, su madre... pensó que la conocía como nadie, pero cuán equivocado estaba.

Tomó sus cosas del suelo: una cartera, un celular y el reloj que le dio su padre en su último cumpleaños vivo, su padre...

Jimin recogió sus cosas y salió rápido de ahí. Cuando estuvo afuera, corrió, corrió al tope que le permitían sus piernas; llegó jadeando al parque que estaba a dos manzanas de su casa, antes de caer al suelo y soltar un alarido de dolor desde el fondo de su alma. Gruesas lágrimas caían por su rostro y violentos sollozos lo sacudían, gritos de impotencia y rabia brotaban sin control.

No supo cuánto tiempo estuvo en la misma posición, pero sabía que debía moverse ya que sus músculos estaban entumecidos. Tomó el celular de su bolsillo trasero y marcó el primer número de la lista.

—¡Jimin! Cuéntame cada pequeño detalle del lugar —Una voz entusiasta contestó en el segundo tono.

—Taemin Hyung —La voz rota, rasposa y temblorosa de Jimin alertaron al chico al otro lado de la línea.

—Jimin... ¿qué pasa? ¿dónde estás? —Los segundos pasaban y solo se escuchaba la respiración desacompasada del menor— Jimin respóndeme.

—Hyung yo... yo —Nuevas lágrimas salieron de sus ojos, y un sollozo que trató de acallar cubriendo su boca, se escuchó.

—¡Dios, Jimin, dime ahora ¿qué es lo que sucede?! ¿Dónde mierda estás? voy por ti.

—El parque, en el parque...

—Ya voy, cachorro, solo espera.

Jimin dejó que el teléfono se deslizara de su mano. Una punzada cruzó su estómago, pero no le importo; ningún dolor físico se comparaba a cómo se sentía su corazón congelado en esos momentos.

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El alfa de cabello negro se limpiaba las manos en el trapo que colgaba de su hombro, mientras se dirigía hacia la mujer sentada detrás del recibidor.