🗝FarAway🗝《Omegaverse-YM》

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Yoongi despertó en medio de la noche, siendo consumido por un calor apabullante. Despegándose del reconfortante abrazo de su pareja, el alfa se irguió, sentándose en su lugar. Observó con la escasa luz que le brindaba la lamparita a pilas, viendo a los niños dormir algo desparramados, mientras que Jimin se encontraba acurrucado a su lado.

Quizás el termostato está muy alto.

El mayor rebuscó por su celular, encontrándolo bajo la almohada. Al revisar la temperatura a la que estaba programada la casa, se extrañó.

22° Celsius.

Con desconcierto, el alfa tocó su nuca sudada. Sin embargo, cualquier duda sobre el mal funcionamiento de la casa quedo en el olvido cuando, como un látigo sobre la espalda de un antiguo esclavo, el calor le azotó, infiltrándose en cada poro, calentándole desde dentro hacia fuera. Yoongi se mareó ante la repentina sensación de sofoco. El estómago se le contrajo en ardiente anticipación y su miembro se endureció en cosa de segundos.

El alfa apretó los dientes y se apresuró a salir del pequeño espacio que compartía con los niños y Jimin.

Jimin...

Yoongi se deshizo de ese pijama absurdamente abrigador, quedando solo en ropa interior. Nala llegó en ese momento, comenzando a restregarse contra las piernas del mayor.

Mierda, hasta el gato lo siente.

La pequeña felina se tiró al piso, mostrando la barriga y moviendo la cola de lado a lado.

Lo siento, Nala. No es nada personal, pero no eres mi tipo...

Iba pensando Yoongi en tanto pasaba por un lado de la gata y caminaba hasta lo cocina, donde se sirvió un vaso de agua con hielos.

¿Qué hago? Yo quería pasar este momento con mi Jimin... Pero los niños...

El mayor estaba en un dilema, una lucha moral. Con el cuerpo tembloroso de anhelante necesidad y su cerebro empujando a esos dos cachorros que estaban bajo su cuidado, su lobo y su conciencia luchaban.

Yoongi gruñó con frustración mientras sentía la entrepierna dura como roca. Si iba a hacer algo, debía actuar rápido porque la razón comenzaba a escapársele de entre los dedos. Su lobo pedía volver al lado de su sensual pareja y reclamarle que se entregara a él.

Jadeando y dando pequeños gruñidos, el mayor caminó hasta la carpa. Afuera estaba oscuro, pero por la hora en su celular pronto comenzaría a aclarar, eran las seis y treinta.

Solo un poco, lo necesito.

¡Jimin! ¡Omega!

El mayor le llamó a través del lazo, aun sin necesidad de tocarle.

Jimin sintió su cuerpo repentinamente febril y la bruma dio paso a la voz de su alfa, despertándole de forma apresurada y aturdidora.

—¿Yoongi? —El menor observó a su alrededor, esperando ver a su pareja pero este no estaba en su lugar. En vez de eso, se encontraba parado fuera de la carpa, esperando por él.

—Omega... —El alfa le tendió la mano, mientras una sonrisa llena de promesas provocadoras y lujuriosas se formaba en sus labios. Tan tentador, el mayor expelió feromonas que hicieron vibrar el cuerpo de Jimin.

Había ganado el lobo sobre la mente racional del chef. Sus instintos se sobrepusieron a sus razonamientos.

El omega se alzó en silencio, dando una rápida mirada a los niños, los cuales dormían sin problema alguno.