- ¿Puedo tocarte? -Me pregunta de pronto, los nervios me provocan una risa tonta.
-Nunca rechazaría tal propuesta.
- ¿Eso quiere decir que sí quieres?
- ¿Quiero qué? -Me veo de sorpresa coqueteando.
Las mejillas se me calientan cuando noto cómo se...
Lo que faltaba en este triste día, es que lloviera. Voy hacia mi trabajo, caminando lento mientras veo mi alrededor. Me duele el pecho cada vez que recuerdo la expresión de Derek, incluso sus últimas palabras. Aún no puedo creer lo que le dije. Llegué al restaurante con un ánimo horrible, pero de todos modos tuve que quitarlo y formar muchas sonrisas forzadas. No iría a atender clientes de esta manera.
Por lo menos cuando estuve ya en casa, me sentí libre de lanzarme a la cama y soltar un par de lágrimas que tenía atrapada toda la tarde. Observé el dibujo que él me hizo y el que está pegado a la pared, eso me pone peor, ahora mismo me siento como una total estúpida.
Rompí sus sentimientos. Con eso me hizo sentir horrible, no me gusta lastimar a las personas y acabo de hacerlo a una muy importante. Derek tiene sentimientos hacia mí, unos que no valoré por el hecho de que algún día me iré de esta cuidad. ¿Cómo se supone que estaré tres meses evitándolo? Suena muy torturante.
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Al otro día aproveché un par de horas libres para ir a ver a Julliete. Obviamente me aseguré de que Derek no se encontrara. Apenas saludé a mi amiga, ella notó mi estado de ánimo, haciendo que le contara todo. Se sintió bien desahogarse al menos.
—Sabía que algo pasaba entre ustedes dos —dice—sobre todo al ver cómo ha estado Derek.
La miro con atención.— ¿Cómo ha estado?
Julliete suelta un suspiro largo, mostrando una cara obvia de preocupación.
—Ayer llegó sin siquiera saludar, subió a su cuarto y minutos después se marchó —me cuenta—, no llegó hasta eso de las dos de la mañana.
Trago grueso. Espero no haya ido a ningún lugar malo.
— ¿Crees que...él pueda perdonarme?
Mi pregunta salió en un hilo de voz. Julls hace lo posible para sonreír, mientras pasa su mano por mi espalda.
—Lo amas —Escucho que dice.
La veo sorprendida, enarcando ambas cejas. ¿Lo amo? Mi corazón no ha hecho más que quejarse, pero cuando las cosas han estado bien entre nosotros siempre ha reaccionado como loco, bombeando con fuerza y en mi estómago apareciendo ese cosquilleo magnífico. Derek me gusta, eso lo admití, pero amarlo jamás me lo he cuestionado.
— ¿Eso...crees?
Ella sonríe aún más, de una manera dulce.—Te conozco, Sky. Jamás te había visto así ni con Matt, se nota bastante lo que sientes por él.
Sus palabras me hacen sentir ese gran sentimiento en mi pecho. Pienso en Derek, en sus caricias, palabras, sus bromas y sus labios en mi mejilla o cuello. Todo eso me vuelve loca con sólo pensarlo.
Pero luego al recordar lo que hice ayer, reemplaza toda emoción bonita con dolor, tristeza y arrepentimiento.
