Capítulo 17

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Los labios de Derek rozan lentamente la piel de mi cuello. Siento que me huele, luego un suspiro y después el sonido de su voz bronca. Cada uno de sus movimientos no está siendo fácil el hecho de poder resistirme.

Lo quiero, a él, de todas las maneras posibles. Eso me hace pensar que haría lo que él me pidiera, sólo para obtener estas cosas de su parte. Me siento afortunada, sobre todo al recordar la manera en cómo las chicas lo miran en el colegio, en la calle o incluso en las fiestas. Sé que a ellas les encantaría estar ahora mismo en mi posición.

Mi mano aún sigue en la parte más íntima de su cuerpo, agarrando con descaro su erección. Le echo la culpa a mis hormonas alteradas por eso, dado que estoy sumida en la excitación. Su mano la deja allí, para después colocarla en una de mis caderas, apretando sus dedos en esa zona.

—Me encantaría poder hacerte mía —lo escucho decir, con esa voz grave y llena de seducción que tanto me gusta.

Aún no logro reaccionar. Mi respiración acelerada no me permite hablar, eso es por causa de tener a Derek pegado a mí. Mi corazón late como loco, y mi sexo se contrae cada vez que siento sus caricias. Jamás me había excitado tan así, con sólo caricias y palabras. Con Matt lo único que hacía era un par de besos profundos, toques y luego el sexo. Nunca me hablaba cómo Derek lo hace ahora mismo. Dios, no debo pensar en Matt de nuevo.

Siento la otra mano de Derek en mi cintura, con la cual comienza a llevarme hacia el living donde está su sofá. Me acuesta, dejando que pueda observarlo mejor. Él cae encima de inmediato, bajando su cara hasta mi cuello para seguir besando. Me encanta.

Mi mano ya no está en su boxer, lo que me produce estar en debate de si volver a tocarlo o no. Pero resulta que no soy tan valiente. Así que termino acariciando lentamente su torso, puedo sentir lo duro que son sus músculos. Su aroma hace que me acerque a su cuello y mantenga mi cara ahí, perdiéndome en su olor. No sé hasta donde lo dejaré llegar, porque ahora mismo mi cerebro no está pensando.

Por suerte él se separa, lo suficiente para mirarnos y poder respirar mejor.

— ¿Puedo ser directo contigo, Monet?

Trago grueso, en un intento de aclarar mi garganta y responder.

—Claro.

Me sorprende lo ronca que también está mi voz. Afuera hace demasiado frío, pero aquí mismo estoy sintiendo lo contrario, con sólo estar cerca de él. Derek se muerde el labio, bajando de nuevo para apoyar su frente con la mía. Miro de cerca lo oscuro que son sus ojos.

—Quiero follarte —susurra.

Se me detiene todo, literal. Y en una zona muy abajo de mi cuerpo reacciona solamente con sus palabras. Sí que fue directo. Desvío mi mirada, para poder calmar el rubor en mis mejillas.

—Pero... —comienza a decir, llamando mi atención—no te tocaré, ni te haré nada—Se aleja aún más—a menos de que dejes a ese elfo.

La angustia retorna en mí cuando me nombra a Matt. La verdad pareciera como si ya no fuéramos pareja, ya que no hemos hablado nada estos días. Ni sobre Julliete sabe. Recuerdo la manera en cómo reaccionó cuando no me acosté con él o cuando grité en el cine. Sé que ya no puedo aguantar más esas cosas de su parte. Pero ahora pienso en mis sentimientos, últimamente he estado muy confundida acerca de ellos, pero ahora puedo jurar estar más clara. Estoy segura, sí. Me gusta Derek, él es quien me ha hecho sentir todo, ya no Matt.

Así que pongo ambas manos en su cara, acercándolo hasta mí de nuevo. Él traga saliva, bajando su vista a mis labios.

—Lo haré —respondo con seguridad, algo que me sorprende un poco, como también al chico frente mío.

Peligroso EncuentroWhere stories live. Discover now