Capítulo 25 (1ª parte)

9.5K 633 60
                                    

Eduard me sacó casi a rastras de allí conduciéndome a empujones por el pasillo hasta salir fuera de la casa. Después cerró la puerta de un portazo y me empujó hacia delante para que me alejara.

Le dirigí una mirada y supe que estaba realmente enfadado.

-   ¿Se puede saber qué coño te pasa? –casi gritó.

-   Edik... esto ha sido un... malentendido –levanté las manos en señal de paz.

-   ¿Qué malentendido y que mierdas? ¡Explícame que estabas haciendo!

Mi amigo me pidió que me callara y optó por hablar él.

-   Tuve una intuición sobre al asesinato y quería confirmarla por lo que yo decidí que era buena idea venir –susurró con voz neutra mientras lo miraba a los ojos– Pero al parecer me equivoqué. Todo esto es culpa mía.

Hizo una mueca extrañado su comentario, dándole a entender que no le creía.

-   Bien... ¿y tú Anna? ¿Qué hacías acompañando a este?

-   Vine para ayudarlo, no quería que le pasara nada –empecé a decir vacilante.

El muchacho me miró durante unos instantes intentando descifrar si mentía o no.

-   Edik –dijo. Él le lanzó una mirada asesina.– Eduard... –corrigió– Ella no quería venir, no paraba de repetirme que no lo hiciera que era algo muy peligroso, pero yo me empeñé. Yo la metí en esto así que por favor no lo pagues con ella.

- Dios... habéis entorpecido una misión... ¿os faltan neuronas? –movió las manos desconcertado– ¿Sabes los problemas que me vas a causar? Voy a tener que mentirle a Raira –susurró preocupado– Y por no hablar de que ahora le debo un favor a esa idiota por callarse la boca.

-   Lo sentimos. Hemos sido unos estúpidos y estamos dispuestos a aceptar las consecuencias. No tienes que encubrirnos, Edik. No quiero que te metas en problemas por nuestra culpa –contesté arrepentida agachando la cabeza.

El negó con la cabeza.

-   No. –dijo al fin– No pienso dejar que os metáis en esto. –nos dirigió a ambos una penetrante mirada – Esta vez voy a dejar pasar esto. Pero solo –recalcó la palabra– lo hago por ti, Anna. Nada más.

-   Gracias. –sonreí.

Luego se dirigió hacia Matt.

-   Óyeme bien, no quiero que tenga ningún problema. Y no pienso permitir que se meta en ningún lío por tu culpa, ¿entiendes? Si me entero que le ocurre algo, iré a por ti. Esta vez te libras, Gallager  –le dio un golpe en el hombro en forma de amenaza– pero a la próxima dejaré que Raira te ponga firme y me aseguraré de que te imponga un castigo ejemplar.

Matthew hizo una mueca de asco.

-   ¿Y estarás tú para verlo? –contestó de forma burlona– Será todo un placer que el arrogante Tredersten, el cazador más gilipollas al que no lo aguanta ni su novia pueda honrarme con su presencia.

De un manotazo, Eduard lo agarró con fuerza de la chaqueta.

-   Tú, ¡maldito desgraciado! –le espetó enfurecido– Quizá te haya salvado el pellejo pero eso no significa que pueda darte un par de hostias por hacerte el gracioso. Si vuelves a nombrar a Nadya te juro que te mataré.

-   ¡Parad, joder! –grité molesta– Comportaros como seres civilizados.

-   ¿Eduard civilizado? –contestó burlón– Esa sí que es buena.

En ese momento, el muchacho le asestó un puñetazo en la cara a Matthew que lo tiró literalmente al suelo. Yo chillé asustada, y me puse delante de Edik rápidamente para evitar que siguieran peleándose.

La Cazadora de Vampiros © #TCE2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora