Capitulo 23: Compromiso.

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PROV. JULIETA

Un ligero cosquilleo en mi espalda muy cerca de mi hombro izquierdo, hizo que me comenzara a despertar, no quería abrir los ojos, aun quería seguir durmiendo, pero el recordar que seguramente sería Alex el culpable de las caricias, me incitó a abrir los ojos.

Efectivamente al abrir mis ojos me encontré con una imagen de un Alexander recostado de lado, recargando su cabeza en su mano mientras que con la otra acariciaba mi espalda.

—Hola— dije sonriente.

—Buenos días— me contesto depositando un tierno beso en mi mejilla.

— ¿Llevas mucho despierto?— pregunte frotando mis ojos, ya que se notaba la humedad en su cabello.

—No— respondió —Hace poco desperté y tome una ducha— acomodo detrás de mí oreja un mechón de cabello que se había colado a mi rostro — ¿Cómo dormiste?— me pregunto sonriente, solté una tímida risa y no pude evitar sonrojarme.

—Estupendamente— le conteste escondiendo mi rostro en su cuello, el soltó una carcajada y me tomo de la barbilla para atraerme a sus labios y así besarme de una manera sumamente lenta.

— ¿Cómo está tu cuerpo? —volvió a preguntar.

— Estoy perfectamente bien Alex. –respondí tratando de omitir el pequeño dolor que sentía en mi entrepierna, el me miro tratando de buscar un indicio de mentira pero afortunadamente tocaron la puerta antes de que me pillara.

— debe de ser el desayuno. — se levantó y solo se colocó su pantalón, aproveche nuevamente para mirar ese perfecto cuerpo pero cuando me dio la espalda casi se me sale el corazón.

­— Alex… -lo llame, el me miro en espera de que siguiera hablando. –tu espalda. –respondí en un susurro totalmente avergonzada, el busco un espejo y vio su espalda con ciertas marcas rojas, sonrió y se encogió de hombros.

— bueno así presumiré que mi esposa es muy apasionada. –abrí mi boca para replicar pero él se adelantó. –de todos modos tu cuello no está mejor. –dijo antes de salir de la habitación, como pude me enrede las sábanas blancas en mi cuerpo y camine hacia el baño, cuando mire mi reflejo me sonroje, mi cabello era un desastre y como Alex había dicho mi cuello y mi pecho tenían “chupetones”, suspire, me costaría muchísimo ocultarlos, aun así mi rostro estaba sonriente y feliz, había perdido mi virginidad con la persona que amaba.

*****

-Negativo. –susurre aun mirando la prueba de embarazo, Alex me abrazo y beso mi frente. Después de aquella noche en el hotel continuamos con una vida sexual activa, Alexander podría llegar a ser un tanto insaciable después de tantos años de “huelga de hambre” como lo llama el. A pesar de usar preservativos, aquella noche olvidamos ese pequeño detalle y después de un pequeño retraso compre una prueba, luego de días de dudar si hacérmela o no, Alex me descubrió y es como llegamos aquí, viendo juntos el resultado. No puedo negar que me había hecho a la idea de poder concebir a un mini Alex y que ahora me sentía un poco desilusionada.

Mi querido profesorWhere stories live. Discover now