Capitulo 20: Peleaa

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Caleb echó la cabeza hacia atrás y suspiró.
-Kels, ahora no, mañana te dare todo lo que quieras.

-No es cierto. No me pasa nada. ¿No quieres besarme?

-No tiene nada que ver con lo que yo quiera -me agarró los brazos-. No voy a hacerlo estando tú así.

-No estoy borracha -dije indignada.

-Hace cinco minutos estabas bailando como si fueses una ninfa del bosque. Te has quitado la camiseta y ahora estás pegada a mí como una pulga. Así que no me digas que no estás fuera de control.

Mierda. Dicho así, me paré a pensar en lo que estaba haciendo. Me duró unos cinco segundos, igual seis. Pensar estaba sobrevalorado.

- Pero a ti te gusta besarme - dije poniendo ojitos.

Caleb hizo un sonido con la garganta y me tomo de los brazos, agitándome un poco.

-¿Sabes por qué te sientes así ahora? No tiene nada que ver contigo o conmigo -dijo-. Alguien te ha tendido una trampa, Kels. Querían que te pusieses así para hacerte quien sabe que. Esta, esto no eres tú.

-No. Soy yo, en serio ¿qué más da? Quiero que me vuelvas a besar.

-Kels -dijo mi nombre como si fuese algún tipo de dolor agradable-, estoy intentando ser un buen novio, estoy tratando de no hacer nada incorrecto y no me lo estas haciendo nada facil.

-No quiero que seas un buen chico.

Casi se ahoga de la risa.

-Me lo estás poniendo realmente difícil.

Me apoyé más fuerte contra él.
-Eres tú el que lo hace más difícil.

Sus manos volvieron a deslizarse sobre mis brazos, dándome escalofríos. ¿Cómo podía tener a la vez tanto frío y tanto calor?

-Kels.

-Caleb.

-Hay muchas cosas que me gustaría hacerte ahora mismo, pero no estaría bien.
Eché la cabeza hacia atrás y le miré a los ojos.

-¿No quieres besarme? -levanté la mano y le toqué los labios con los dedos-. Sé que quieres. Lo sé.

Caleb me agarró más fuerte y cerró los ojos. Le metí una mano por dentro de la camiseta. Tomo aire y trató de echarse hacia atrás, pero yo le seguí... más cerca. Le agarré una pierna con la mía. Para ser normalmente tan ágil, ahora no lo era tanto. Se tumbó, medio de lado medio de espaldas.
Y yo, bueno, estaba justo donde quería. Reí y dirigí mi boca hacia su cuello.

-Bien por mí -murmuré contra su piel.

Caleb apartó la cabeza, pero me cogió la cadera con las manos, metiendo los dedos por el borde del pantalón.

-¡Ángel! Apártate...

Llevé mi boca hacia la suya. Caleb me intentó apartar, pero le tenía bien sujeto y no apartó muy fuerte. Y luego dejó de intentar empujarme para tirar de mí hacia él, llevándome tan cerca suyo que casi me derrito. La compostura y las buenas intenciones se fueron al garete en cuanto mis labios rozaron los suyos. Este beso ya no fue ni suave ni intentaba explorar. Caleb tenía los dedos enredados entre mi pelo. Luego puso las manos sobre mis hombros, sobre mi espalda, y finalmente sobre el broche de mi sujetador. Sus labios no se apartaron de los míos ni por un segundo, ni siquiera cuando me puso de espaldas.

Todo se puso fuera de control en ese momento. Se quitó la camiseta. Mis pantalones acabaron en la otra punta de la habitación. Mis dedos encontraron el camino hasta el botón de los suyos, etcétera. A pesar de lo raro que suena, Caleb me apartó cuando intenté acercarle más hacia mí, me levantaba cuando intentaba enrollarme en él. Y aunque mi cuerpo ardía y me pedía más, me lo ordenaba, una vocecilla en el fondo de mi cabeza me hacía preguntas que no quería responder. Me decía que esto no era real. ¿Lo era? Ya no tenía ni idea. Sabía que tenía que preocuparme por ello, pero no lo hice. Todo se basaba solamente en lo que sentía.

Living With Boys - Living With My Boys © EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora