Capítulo 23

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—Sabes que Brandt está mintiendo. ¿Verdad? Esos definitivamente no fueron los movimientos de un analista —dijo Jack a mi lado y lo golpeé con mi codo sin pensarlo.

—¿Acaso no sabes que los spoilers son imperdonables? —pregunté.

—¿Las personas realmente pagan por ver estas películas y creen que son reales? ¡Ella comprometió completamente la misión al matar a Moreau! Un agente no tiene permitido implicarse en una misión que pueda comprometerlo emocionalmente porque cosas exactamente como estas podrían pasar.

—Son americanos —murmuré—. Por supuesto que esto jamás hubiera sucedido con James Bond.

—Apuesto a que puedo conseguir el dvd de Skyfall.

—Ni siquiera se ha estrenado en cines todavía.

—Dame unos días, Bright, he mirado el avance y no pueden pretender que espere tanto.

Sonreí sin poder evitarlo, él era simplemente tan impaciente algunas veces. Y era tan extrañamente normal tenerlo a mi lado, aunque solo estuviéramos viendo una película a solas en mi departamento. Siempre me había divertido el modo en que a Jack le parecían tan extrañas las cosas más cotidianas. Los últimos días no habían parecido reales. Aun cuando habíamos tenido poco tiempo juntos, yo ocupada con los ensayos y él teniendo que responder a cualquier pedido de los hombres de traje, jamás había imaginado que siquiera llegaríamos a tener una oportunidad así.

Y era cierto que se me hacía un poco difícil prestarle atención a la película siendo perfectamente consciente de su mano descansando en mi cadera, sus dedos acariciando mi piel. Era tan tontamente feliz al respecto. Me gustaba esto, del modo en que jamás imaginarías que algo tan simple pudiera gustarte tanto. Sonreía sin poder evitarlo al escuchar sus comentarios, era imposible ver una película de espías con Jack sin que él señalara cada error y se frustrara porque los supuestos agentes ignoraran reglas que eran tan básicas para él.

—¿Te das cuenta que no tienen ningún sentido de discreción? Y dependen muchos de sus gadgets, me encantaría ver cómo se las arreglan en medio de la nada con las manos vacías.

—Para ellos nosotros somos los raros —respondí—. Y según la CIA tenemos técnicas más que cuestionables. No fue sencillo trabajar con Kevin en Quebec, creí que él me daría un ataque por su modo de actuar o yo se lo daría a él.

—Lo sé, he tenido que colaborar con la CIA una vez —dijo Jack y frunció ligeramente el ceño en concentración—. Quizás más. No importa. Son tan insoportablemente entrometidos, los hombres de traje ya tenían suficiente con tu amigo de la CIA, deberías ver ahora que el lugar está plagado de americanos.

—Sí, lo sé, Ethan también se ha estado quejando al respecto —dije y le sonreí—. Es por eso que ando en unas merecidas vacaciones, ni loca estaré en ese nido de víboras durante los Juegos Olímpicos con todos los Servicios Secretos del mundo aquí.

—La próxima vez yo pediré cuidar de Romeo, y tú te ocuparás de ser consultada respecto a cualquier criminal como si tuvieras el directorio global y conocieras a cada uno.

—Dame un respiro. Agente especial o no, merezco vacaciones —dije echándome hacia atrás, descansando mi cabeza sobre sus piernas—. Luego de todo lo sucedido estas últimas semanas, merezco un descanso. ¿Te quedarás a ver la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos conmigo?

—Creí que irías al estadio ya que tu misión está ahí —dijo Jack y sonreí.

—Andy tiene al MI5 para cuidarlo, no me necesita mientras esté con su padre y sus guardaespaldas así que le di mi entrada a la chica que le gusta. Además, no quiero ir si tú no puedes ir. ¿Qué piensan los hombres de traje que puedes hacer en una ceremonia de transmisión mundial? ¿Cortar la corriente y hacer quedar mal al país?

Romanov (Pandora #5)Where stories live. Discover now