Capítulo 22

13.9K 1.8K 646
                                    

Era extraño escuchar en palabras lo que siempre había sabido y nunca me había atrevido a pronunciar. No era toda la verdad, sabía que había mucho más, cosas que todavía no sabía, cosas que Jack quizás había sabido y no recordaba. Pero si queríamos tener alguna posibilidad de ganar entonces no podíamos seguir callando, aun a pesar de todas las consecuencias que implicara hablar. Y fui perfectamente consciente que en ese instante todos debían de estar mirándome, la perfecta hija que repetiría los pasos del padre.

Por tan solo un segundo nada sucedió, entonces Ethan me tomó por el brazo y prácticamente me estampó contra el muro más cercano. Quizás debí haber pensado mejor en las implicaciones de tener a mi hermano presente. Sí, definitivamente no había sido una buena idea que él escuchara. Ethan era capaz de lidiar con cualquier cosa mucho mejor que yo, era mejor que yo en cualquier aspecto de esta vida, lo había visto soportar semanas de tortura y al día siguiente de estar libre actuar como si nada hubiera sucedido; pero si algo podía afectarlo completamente era su temor a que la historia de papá se repitiera conmigo. Y aquí estaba, confirmando lo que meses atrás le había dicho que no debía temer, revelando la mayor mentira que le había dicho en toda mi vida al asegurarle que estaría bien.

—Cuidado, tengo algunos muchos rasguños de mi viaje a Argentina —dije intentando restarle importancia al asunto.

—¿Cuánto tiempo? —preguntó él.

—¿Cuánto tiempo qué? ¿Llevo herida? El brazo desde el primer día, los golpes depende cual, el pie...

—¿Cuánto tiempo llevas callando esto? ¿En qué demonios estabas pensando?

—En mantenerte vivo por empezar —dije y lo empujé lejos—. ¿Crees que yo quería terminar en una situación así?

—¿Y no se te ocurrió en ningún segundo mencionarme que su padre mató al nuestro? ¿Cómo demonios puedes confiar en él?

—Porque creo en lo que veo, y a diferencia de muchos en este lugar no juzgo por la sangre —respondí—. Y agradece ahora mismo que siga con vida, porque si quieres la verdad, hermano, Lionel casi me mata en Quebec. Ese corte que hice pasar por una puñalada menor fue mucho peor de lo que dice el informe médico, y si Jack no hubiera aparecido para deshacerse de Lionel y detener mi hemorragia entonces no estaríamos teniendo esta conversación.

—¿Y todo este tiempo lo has sabido y no me has dicho nada?

—Le prometí a John que te cuidaría de la verdad, aun cuando ni él sabe todo lo que yo. Así que esta soy yo, Ethan, diciendo todo, esperando no cometer el mismo error que papá y triunfar donde él fracasó.

Vagamente escuché las indicaciones de un agente mientras le sostenía la mirada a mi hermano. Terminé por ceder, lo quisiera o no ahora estaba involucrada de pleno en esta investigación y no como una persona a cargo. Los agentes me obligaron a regresar al cuarto de interrogación y sentarme en el lugar libre bajo su estricta mirada. Respiré profundamente, sabía que mi contrato me protegía de cualquier problema además que no había tenido opción al callar, pero de todos modos no deseaba que mi familia escuchara sobre esto.

—Deberían apagar las cámaras y los micrófonos, de hecho cualquier tecnología que tengan funcionando, él es capaz de hackear su computadora —dijo Jack antes que el agente partiera para dejarnos solos—. Es por seguridad. Y en lo posible agradecería si mi padre sigue creyendo que me mató.

—Será un largo día —dije descansando mi cabeza sobre mis brazos una vez que estuvimos solos.

—¿Tu hermano?

—Posiblemente en medio de una crisis nerviosa. Quiere matarte, quiere matarme, es posible que toda mi familia reaccione del mismo modo. ¿No es ese su peor miedo? No han dejado de repetirme cuánto me parezco a él, tanto físicamente como por cómo soy, y supongo que todos en el fondo temen que termine del mismo modo.

Romanov (Pandora #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora