Capítulo 3

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Hola a todos! Aquí estamos de nuevo, miml gracias por seguir aquí a esta altura y acompañar a Em en una nueva aventura. En serio, valoro mucho todo el apoyo y amor que he recibido a lo largo de estos libros. Como saben, Pandora fue publicado el 20 de octubre y pueden chequear en la web de la editorial dónde conseguirlo o a qué librerías pedirlo. Mándenme fotos si lo ven, todavía no he tenido la oportunidad de verlo por mi cuenta! E intentaré cumplir con lo habitual y actualizar Romanov cada semana mientras tanto.

Pueden encontrar más info en la página de Facebook Saga Pandora. También contactarme en Twitter donde comparto info o Instagram, en ambos sitios aparezco como SofiDalesio :)

Ahora sí, dejo de distraerlos para que puedan leer. Como siempre, si el cap les gustó, no se olviden de votar y/o comentar al final. Sepan que SIEMPRE leo todos los comentarios, sea en una historia o mi muro, aunque se me dificulta mucho para responder por allí. Pero por privado siempre respondo aunque puedo tardar!

xoxo,

Sofi

***

Luché por permanecer despierta. ¿Realmente existía algo peor que la clase de matemática? Estaba cansada, no había sido una semana fácil. El instituto estaba consumiendo todo mi tiempo con las interminables tareas además del hecho que el BAC se acercaba, y aquello era la pesadilla de cualquier estudiante. Bendita educación basada en el sistema francés. El MI6 también me había tenido bastante ocupada en mis horas de entrenamiento diarias y mis lecciones con John, y a eso debía agregarle mi vida personal. Había conseguido el papel de Aricia, pero en un increíble giro y yendo en contra de su método habitual, monsieur le directeur no había escogido un Hipólito y Andy y Brandon seguían compitiendo por tal puesto.

Andy me golpeó con su codo cuando el profesor se fijó en nosotros para que diera mi mejor apariencia de estar prestando atención y luego le saqué la lengua por molestarme. Comenzaba a comprender por qué los hombres de traje dedicaban su tiempo únicamente a ser un agente pero una de mis condiciones había sido no abandonar mi vida normal al momento de aceptar el trabajo lo cual implicaba seguir en el instituto, seguir con el teatro, seguir como una chica normal cuando no estaba en misión o tan normal como yo podía ser. Ahogué un bostezo y me dije que era solo este mes, con algo de café lo superaría. El problema era que aún me quedaba media tarde de clases por delante.

—¿Dormiste algo ayer? —preguntó él.

—No es mi culpa, las probabilidades me aburren.

—¿Estás bromeando? Debe ser el único capítulo del año en el que comprendí algo.

—No me gustan las probabilidades.

—¿Por qué no? Son fáciles. Son lo único que a todo el mundo le gusta en matemáticas por ser fáciles.

—Nunca están a mi favor —dije sosteniendo mi cabeza entre mis manos—. No son más que unas perras desalmadas que nunca están de mi lado. No me gusta pensar en números y probabilidades por eso.

—Yo creo que si están de tu lado.

—¿Probabilidad de sobrevivir a un encuentro con Lionel? Minúscula. ¿Probabilidad que no haya otra silla vacía en la siguiente reunión familiar? Bastante baja.

—Pero existen —dijo Andy y bajó la voz al acercarse más a mí—. Sí están a tu favor, Emma, porque de algún modo logras meterte en ese pequeño porcentaje. Y estás pensando en palabras, no en números.

—He estado pensando en números. ¿Probabilidad de sobrevivir a un disparo a la cabeza? Veinte por ciento. Un quinto. Eso no es tan bajo, y sin embargo las probabilidades no estuvieron a mi favor aquella vez. Es peor pensar en números, porque entonces parece más real la probabilidad y puedes tontamente creer que tal vez las cosas no salgan mal.

Romanov (Pandora #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora