Romanov (Pandora #5)

Capítulo 17

No supe con exactitud cómo terminé de regreso en mi cama, mis frías prendas cambiadas por unas más abrigadas. Tampoco supe cómo fue posible que el tiempo perdiera el sentido. Jack me obligó a beber algo humeante por la mañana, o quizás por la tarde, aunque tampoco estaba segura si era la primera vez que lo hacía. A veces no sabía si estaba despierta o simplemente soñando, la realidad tenía sus límites bastante desdibujados. Tenía algo importante que hacer, pero no podía recordar con exactitud qué, y sin importar cuánto durmiera nunca podía permanecer despierta demasiado tiempo.

—¿Estoy enferma? —pregunté en una ocasión.

—¿Tuviste hipotermia y pretendes no estarlo? —dijo Jack y suspiró al tocar mi frente—. Ardes en fiebre, Bright.

—Tengo frío.

—Ya lo sé, no lo has dejado de repetir. ¿En qué estabas pensando?

—Fue tu culpa por intentar irte.

—¿Cómo puedes tener fuerza para discutirme?

—Soy una chica. Siempre hay fuerza para eso.

Él negó con la cabeza, pero lo vi intentando no sonreír. Lucía completamente exhausto y aún así se mantuvo atento, sentado a mi lado. En una ocasión desperté solo para encontrarlo durmiendo en una posición incómoda. Como pude junté la suficiente fuerza para alcanzarlo con mi mano y despertarlo. Enseguida se sobresaltó ante mi toque, pero terminó por ceder a mi débil tirón, quizás la falta de sueño nos estaba afectando a ambos después de todo. No discutió al momento de acostarse a mi lado y cubrirse con las mismas mantas, y me acurruqué contra su cuerpo en busca de algo de calor. Tenía tanto frío...

Jack no se movió, y yo continué durmiendo. ¿Era posible recuperar medio año de mal sueño? Estaba simplemente tan cansada. No podía dejar de pensar en que tenía que estar haciendo otra cosa. ¿Pero cuál era el punto? Creo que lloré en un momento, aunque era difícil de saber si estando despierta o en sueños. Posiblemente lo segundo considerando que Jack limpió mis lágrimas. Se sentía tan tonto llorar, o quizás mi estado actual fuera el resultado de todo este tiempo pretendiendo estar bien cuando no lo estaba.

—No quiero morir —susurré con mi cabeza descansando sobre su hombro.

—No lo harás —respondió él.

—Lionel dijo seis meses y ese tiempo está llegando a su fin. Creí que estaba bien con eso, que podía aceptarlo por ser inevitable, pero no quiero morir. Tengo miedo.

—Te di mi palabra que no permitiría que te hiciera daño.

—Mató a papá. A pesar de todo su entrenamiento, de sus años como uno de los mejores espías, de todos sus contactos, Lionel pudo matarlo y frente a John y Ethan. Supongo que ese es mi peor miedo, que me mate frente a quienes les importo. ¿Si mi padre no pudo, cómo puedo yo hacerlo? Sus últimas palabras supuestamente fueron decirle a Lionel que no había ganado, me gustaría ser capaz de decir lo mismo.

—La historia no se repetirá contigo.

—¿Eres el Jack real o estoy soñando de nuevo?

—¿Cuál es la diferencia?

—El verdadero no me recuerda, cree que yo lo traicioné, pero todos estos meses no he dejado de soñar con el que recuerdo aun cuando te creía muerto como si de ese modo pudiera mantenerte con vida —susurré y cerré los ojos—. Los sueños son tan cruelmente dulces, te muestran lo que más deseas para luego quitártelo cuando despiertas. No hay nada peor que darle esperanza a una persona miserable y luego arrebatársela. ¿Me recuerdas?