31.-

2.1K 236 53
                                    

POV Omnisciente

El fin de semana que pasaron en la casa de Jaime fue realmente perfecto, no había otra palabra que lo definiera mejor que esa. Jaime y Nicolás, el día sábado, se bañaron en la piscina de este para luego tomar un baño caliente en el jacuzzi que el enojón tenía. Este último volvió a lavarle el pelo y a refregarlo, haciendo que Nicolás se relajara mucho.

Jaime había tenido el celular apagado por todo el fin de semana, causando que todo su tiempo y atención fuera hacia Nicolás y definitivamente este estaba encantado por eso. El primero en ser nombrado, cuando veían alguna serie y/o película, lo abrazaba y lo besaba en el cuello o por toda la cara, haciendo que el moreno estuviera de muy buen humor.

Cuando intentaban hacer el desayuno, almuerzo u once, de alguna forma u otra, Nicolás siempre se distraía, ya que Jaime o le daba nalgueadas o lo abrazaba por atrás, haciendo que el moreno no pudiera resistirse a sus encantos.

No querían que ese fin de semana se acabara. Pero pasó lo inevitable.

Eran las siete de la mañana del día Lunes y la alarma sonó, haciendo que el moreno y el enojón gruñeran por la molestia.

-No quiero levantarme.-Dijo Nicolás acurrucándose más contra su novio, sintiendo el calor corporal de este.

-Yo tampoco cariño.-Dijo Jaime con la voz ronca, abrazando a su pololo.-Estoy cómodo aquí, contigo.

Jaime empezó a darle pequeños besos en el cuello a su pareja, causando que este empezara a gemir de gusto.

-Te voy a secuestrar.-Dijo el enojón de repente, haciendo que el moreno se girara y lo mirara.

-Y eso por qué?.-Preguntó el moreno algo curioso.

-Para tenerte aquí por siempre.-Dijo el señor Navarro con una leve sonrisa.

-Tendría el síndrome de Estocolmo entonces.-Dijo el pequeño moreno no queriendo moverse de ahí.

-Tengo una idea, pero no sé si te gustara.-Dijo el jefe de Nicolás mirándolo.

-Dime no más.-Dijo el pequeño secretario volviendo a estar curioso.

-Podríamos coordinarnos y unos días podríamos dormir en tu departamento o en mi casa.-Dijo Jaime con una pausa.-De verdad me gustó estar este fin de semana contigo.

-A mí también me gustó mucho.-Dijo el secretario de Jaime con una pausa.-Es una buena idea, así no tengo que dormir solo siempre.

-Bien, ahora, a levantarnos.-Dijo el enojón haciendo lo recién dicho. Corrió las cortinas y ahora se iluminó la habitación. Vio a Nicolás todavía acostado mientras que este lo observaba.-Vamos cariño, a levantarse. No es tan malo, en la oficina estamos literalmente a unos pasos del otro, y si quieres, hasta puedes trabajar en mi oficina.

-Me levanto, si me compras un pie de limón.-Dijo Nicolás mirándolo mientras tenía una sonrisa divertida.

-Trato hecho.-Dijo el señor Navarro viendo como su novio a los pocos segundos después se levantaba en boxers no más.-Bañémonos rápido.

Nicolás asintió y fueron al baño.

Se sacaron los boxers rápidamente y se metieron a la ducha. Casi de inmediato se empezaron a bañar con agua tibia, haciendo que fuera bastante relajante.

Cuando terminaron de hacerlo, salieron de la ducha y se secaron para luego salir del baño. Se vistieron rápidamente y Nicolás guardó sus cosas y cuando iba a colocarse colonia, Jaime lo detuvo.

-No usaras eso, amor.-Dijo el jefe de Nicolás con una leve sonrisa, pasándole de inmediato un perfume suyo que era nuevo.-Te lo regalo, cariño.

-Me estas tratando de decir que mi colonia es muy penca?.-Preguntó Nicolás bastante divertido, tomando el perfume y guardando su colonia.

-No, o tal vez sí.-Dijo Jaime algo confundido para luego seguir hablando.-Pero eso no importa. Yo quiero que tengas lo mejor, Nico.

Nicolás se rió y asintió para luego echarse del perfume que Jaime le había regalado. Después de aquello, lo guardó en su bolso. Le gustó bastante el olor, así que probablemente lo usaría siempre.

-Vamos?.-Preguntó el enojón observando a su pololo para luego quitarle el bolso a este. El moreno asintió y salieron de la habitación para después salir de la casa.

El enojón sacó las llaves de su auto para después sacarle la alarma. Se dirigieron a este y el primero en ser nombrado volvió a abrirle la puerta a su pololo, causando que este sonriera.

-Todo un caballero.-Dijo el moreno luego dándole un pequeño beso en los labios. Después de eso, entró al auto y Jaime cerró la puerta. Este abrió la puerta de atrás para dejar el bolso de Nicolás ahí. Cerró este y se dio la vuelta para luego subirse al asiento al conductor. Cuando cerró su puerta, encendió su auto y comenzó a conducir casi de inmediato.

Cuando llegaron a la compañía, entraron tomados de la mano, causando que los compañeros de Nicolás y empleados de Jaime los observaran con asombro. El moreno se sonrojó por todas las miradas que recibían, haciendo que Jaime lo mirara. Este lo detuvo, causando que el moreno estuviera algo confundido.

-Jaime qué pa...

No pudo continuar hablando, ya que el enojón unió sus labios junto con los suyos. Jaime sintió como su moreno le correspondió el beso, haciendo que colocara su mano en la espalda de este para acercarlo más a él.

Escucharon un pequeño grito, causando que supieran que Manuel había llegado. Este último no desaprovechó la oportunidad y comenzó a sacarles fotos desde diferentes perspectivas.

Luego de unos pocos minutos, se separaron, haciendo que cuando lo hicieran, tuvieran sonrisas en sus labios.

-Vamos a nuestro piso, cariño.-Dijo Jaime todavía con aquella sonrisa, volviendo a tomar la mano de su novio.-Ah Manuel, necesito que hagas algo por mí.

El amigo de Nicolás lo miró algo sorprendido, no teniendo ni idea de que se podía tratar. Jaime se acercó a Manuel y le dijo algo en el oído para luego sacar su billetera y pasarle al menos un millón de pesos en billetes de veinte mil pesos, causando que Nicolás observara con atención esto.

-Si sobra, quédatelo.-Dijo el enojón esta vez no diciéndoselo en el oído.

-Pero sobraría bastante...

-No importa, considéralo un regalo.-Dijo el señor Navarro con una ligera sonrisa, viendo como Manuel asentía y guardaba bien el dinero.-Edgar te puede acompañar.

El novio de Manuel miraba esto confundido, sin saber que rayos estaba pasando pero asintió.

-Bien, ahora sí vamos.-Dijo el jefe del moreno todavía con aquella sonrisa, ahora colocando su brazo sobre los hombros de este.

Boss (Jainico)Место, где живут истории. Откройте их для себя