05.-

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POV Omnisciente

Cuando llegaron a la empresa de Jaime, todos se dieron cuenta que el moreno y el enojón habían ido a almorzar juntos y que más encima llegaron una hora más tarde del horario de almuerzo, causando extrañez en todos. La mayoría sabía que al pequeño moreno no le caía para nada bien el jefe, y bueno, a este le caía muy bien Nicolás.

Aún así, Jaime y Nicolás no se dieron cuenta de aquellas miradas esta vez, estaban concentrados en la conversación que tenían. Entraron al ascensor y el enojón presionó el botón del último piso.

-Tu familia no sabe que estás enamorado de un hombre?.-Preguntó el secretario de Jaime con curiosidad, cuando las puertas del ascensor se habían cerrado.

-No, no lo saben, pero en realidad poco me importa lo que piensen sobre eso, al final es mi vida.-Respondió el señor Navarro con una leve sonrisa.-Además esta compañía la hice yo solo, no podrían "amenazarme" con eso.

-Menos mal.-Dijo Nicolás con una ligera sonrisa, mirando a su jefe.

-Y tú? Qué piensas sobre que me guste un hombre?.-Preguntó Jaime algo interesado y curioso sobre aquello.

-Bueno, yo soy gay, así que no tendría sentido que piense que está mal.-Contestó Nicolás viendo como Jaime enarcaba una ceja y asentía.-Tú eres gay o es la primera vez que te gusta un hombre?

-Si te digo la verdad, a mí nunca me ha importado mi orientación sexual, mientras me guste la persona, no me importa de que sexo sea.-Dijo el enojón siendo honesto con Nicolás.

-Me gusta como piensas.-Dijo el moreno mirándolo unos segundos para que luego el ascensor se detuviera y que Jaime sacara su tarjeta de acceso para pasarla por el sensor.

El ascensor se abrió de inmediato y se dirigieron a sus puestos pero cuando el enojón iba a entrar a su oficina, el moreno lo tomó del brazo causando que Jaime se diera vuelta para mirarlo.

-Gracias por haberme comprado el almuerzo, algún día te lo recompensaré.-Dijo el pequeño moreno siendo sincero con su jefe, notando como este lo miraba con atención.

-No es nada Nicolás, no necesitas recompensármelo. Me gustó almorzar y hablar contigo, creo que con eso estamos a mano.-Dijo su jefe con una leve sonrisa y un ligero brillo en los ojos mientras lo miraba.

Se miraron unos segundos a los ojos mientras estaban en silencio. No estaban incómodos en realidad, el enojón sentía como su secretario acariciaba inconscientemente su brazo causando que se relajara mientras seguían mirándose.

-Y-Yo creo que tengo que ir a mi puesto.-Dijo el pequeño secretario algo nervioso mientras soltaba el brazo de Jaime.

-Anda no más, sigue jugando o dibujando.-Dijo el señor Navarro con una sonrisa, todavía observándolo.

-Cómo sabes que...

-Qué haces eso? Siempre estoy pendiente de ti, Nicolás, aunque suene muy psicópata.-Dijo Jaime todavía con aquella sonrisa.-Por cierto, no me importa que lo hagas, si ya has terminado tu trabajo.

Con eso dicho, le guiñó un ojo al moreno y entró a la oficina para luego cerrar la puerta, causando que Nicolás se quede en aquél lugar unos segundos más para después ir a su escritorio y sentarse.

Definitivamente no la había pasado mal con Jaime, para nada mal. Era obvio que este último lo molestaba apropósito a veces pero se dio cuenta que las otras veces, no era su culpa, tal vez era él, el que se enojaba altiro con su jefe.

Revisó algunas cosas en su Notebook y anotó algunas reuniones que tenía Jaime aquella semana y algunas cenas o fiestas.

Luego de hacer todo eso, comenzó a escuchar música otra vez y comenzó a dibujar en su croquera que traía siempre. Había empezado a dibujar distraídamente y sin ni siquiera con un objetivo claro de que dibujar. Pasaron unos quince minutos y por fin decidió ver que estaba dibujando. Era Jaime, estaba dibujando a este, causando que se extrañara.

Al parecer lo estaba dibujando como lo veía antes de que este entrara a la oficina. En realidad le gustaba bastante el dibujo, pero todavía le faltaban algunos detalles. Mientras lo observaba, el enojón salió de la oficina y notó como Nicolás todavía no se daba cuenta que había salido, ya que estaba observando la croquera.

El enojón se acercó a este sigilosamente e intentó ver lo que Nicolás había dibujado. Este último cuando notó que Jaime intentó ver lo que había hecho, cerró su croquera de inmediato y se sonrojó, causando que Jaime lo observara atentamente.

-Acaso dibujas algo prohibido?.-Preguntó el señor Navarro con una leve sonrisa.

-P-Puede ser.-Dijo el secretario del enojón ni siquiera dándole una pista de que era.

-Mira, si soy yo desnudo, no es necesario que te lo imagines, puedo ser tu modelo.-Dijo Jaime con una sonrisa divertida y algo pervertida.

-Te gustaría.-Dijo Nicolás todavía con aquél sonrojo.

-Puede ser.-Dijo el enojón todavía con aquella sonrisa, observando el rostro de su secretario con detenimiento.-Voy a salir un rato por si alguien quiere contactarse conmigo, si?

-Esta bien.-Dijo el moreno intentando relajarse para que el sonrojo desapareciera.

-No me extrañes, si?.-Preguntó su jefe mirándolo unos pocos segundos para luego ir al ascensor y subirse a este.

Nicolás vio como su jefe se iba y suspiró. El primero en ser nombrado volvió a abrir la croquera y miró el dibujo de Jaime unos segundos para luego hacerle algunos detalles.

Unos pocos minutos después, alguien quiso salir del ascensor pero no era Jaime, así que el interfono sonó y Nicolás contestó.

-Si?.-Preguntó el pequeño moreno algo curioso mientras terminaba el dibujo y cerraba la croquera.

-Déjame salir weón.-Dijo Manuel bastante divertido por el interfono.

Nicolás se rió y apretó el botón para que su amigo saliera del ascensor. Este último salió y casi fue corriendo donde estaba el moreno.

-Así que tuviste una cita con nuestro jefe?.-Preguntó Manu bastante emocionado.

-No fue una cita.-Dijo el pequeño secretario no respondiendo nada.

-Bueno, esa ni siquiera es una excusa, saliste con él.-Dijo su amigo con una sonrisa.-Yo siempre los he shippeado.

-Espera, nos shippeas? Pero sí yo lo odio!.-Dijo el secretario de Jaime con el ceño fruncido.

-Del odio al amor solo hay un paso.-Dijo Manuel como excusa.-O deberías empezar a preguntarte si en verdad lo odias.

Nicolás lo miró unos segundos pero no le dijo nada sobre eso. Aquello no iba a salir de su mente.

Boss (Jainico)Where stories live. Discover now