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Todos los finales son también comienzos. Simplemente no lo sabemos en el momento

-Mitch Albom

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Harley estaba sentada en las escaleras de la casa

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Harley estaba sentada en las escaleras de la casa. 

Ya estaba anocheciendo, pero ella no se sentía cansada. No hacía más que observar a la gente que vivía allí, cosa que inquietaba a estos. 

Jessie se había pasado por allí para darle una cesta igual a la que le había dado a Rick, en la que había comida, rollos de papel... No intercambiaron demasiadas palabras, pero en cuanto Jessie se fue Harley sacó un bote de crema de cacahuete y una cuchara y empezó a comer.

Hacía tanto tiempo que no lo comía que ahora le parecía delicioso.

Estaba acabando el bote cuando vio a Daryl pasar. Seguía igual de sucio que siempre y llevaba en la mano un conejo muerto. Paró al ver a Harley.

Esta bajó la mirada hacia el conejo y luego extendió el bote de crema de cacahuete.

—¿Quieres un poco? —le preguntó ella—. No alimenta tanto como un conejo, pero al menos no has tenido que matarlo antes —él negó con la cabeza.

—Traigo mi propia cena —contestó simplemente. Harley se encogió de hombros y se metió otra cucharada en la boca.

—¿Sabes? Me debes una ardilla —comentó a lo que Daryl frunció el ceño—. El día que nos conocimos estaba cazando una ardilla. Al final se la tuve que dar a tu grupo para que no muriese de hambre —él se encogió de hombros.

—Nadie te lo pidió —y empezó a ir hacia la casa donde estaba Rick.

—De nada, eh —Daryl elevó el conejo en el aire para que ella lo viese y luego lo sacudió un poco, burlándose de ella.

Harley rodó los ojos y entró en la casa. No había nadie más aparte de ella.

No tenía ni idea de dónde estaba el resto del grupo, pero tampoco había preguntado por ello. Estaba tan acostumbrada a estar sola, que incluso se sentía más segura así.

Fue hacia el salón y miró las estanterías, las cuales estaban llenas de discos de música. Buscó entre ellos y puso algunos de los que le parecieron más interesantes, sonriendo al hacerlo.

La música era otra de esas cosas que había creído que no volvería a oír.

Sin embargo, fue interrumpida por el sonido de la puerta. Paró la música y fue a abrir, encontrando a Maggie tras ella.

—¿Pasa algo? —quiso saber Harley.

—Rick quiere que todos pasemos esta noche en la misma casa —al ver que Harley no respondía, repitió—. Todos.

—Yo estoy bien aquí —se quejó Harley.

—Él cree que es más seguro. Todavía no se fía de la gente de aquí. No le gusta que nos hayan quitado las armas y que además quieran separarnos —Harley frunció el ceño.

—¿Separado? Las casas están una al lado de la otra —Maggie se encogió de hombros.

Harley bufó y supo que Maggie no podía hacer nada.

Le parecía un poco exageradas las medidas que Rick estaba tomando, pero sabía que lo mejor sería ir a la otra casa para que se quedase tranquilo. Al menos esa primera noche. Luego, a Harley no le importaría lo que él dijese. 

Asintió y salió de la casa, acompañando a Maggie a la otra.

Al entrar en esta, encontró a todo el grupo en el salón. Algunos estaban en el sofá, otros en sillones y otros en el suelo.

Todos la miraron cuando entró y Harley recordó que ella todavía era una extraña para la mayoría de ellos, aunque muchos agradecían que ella hubiese ayudado a convencer a Rick de ir a Alexandría.

Harley se apoyó en la pared. Nadie allí hablaba. Todos se sonreían los unos a los otros, mientras observaban la casa.

Harley elevó la mirada al ver a Rick acercarse a ella.

—Me alegro de que hayas venido —dijo él—. Realmente pensé que no lo harías.

—Y no iba a hacerlo —atacó ella—. Rick, esto me parece un poco exagerado. Si quisiesen matarnos no nos habrían dejado entrar en su comunidad, ni nos habrían dado su comida.

—Lo hago por precaución —se excusó Rick—. Al menos por esta noche. Ya mañana será distinto —prometió.

Llamaron a la puerta y Rick se alejó para abrir. Tras esta se encontraba Deanna, que tras sonreír a Rick pasó la mirada hacia dentro de la casa, donde se encontraba el resto del grupo.

—Solo me he pasado a ver si estabais instalados. Pero ya veo que seguís todos juntos. Me parece increíble que personas con orígenes tan distintos y sin nada en común puedan convertirse en una familia, ¿no te parece? —Deanna miró a Harley, haciendo que esta bajase la mirada.

Ella no era parte de esa familia.

—Según dicen les has dado trabajos —comentó Rick y Harley volvió a elevar la mirada.

—Es parte de ésto.

—A mi no me lo has buscado —comentó él.

—Lo he hecho —susurró ella con una sonrisa—. Es que todavía no te lo he dicho. Al igual que a Michonne y a Harley —esta última frunció el ceño y miró a Deanna con interés—. También estoy buscando algo para Sasha y pensando en qué le iría bien al señor Dixon. Os diré lo que he decidido mañana.

Y, tras un leve movimiento de cabeza como despedida, sonrió a todos para luego irse.

El resto del grupo se acomodó en cualquier lugar del salón y Harley se sentó apoyando la espalda en la pared. Aceptó con una sonrisa la manta que Glenn le ofrecía y se la puso por encima.

Las luces se apagaron y todo quedó en silencio, pero ella no se quedó dormida. No supo bien cuánto tiempo pasó, pero cuando ya todos estaban dormidos, vio a Rick levantarse del suelo e ir hacia ella, dejándose caer a su lado.

—¿No puedes dormir? —le preguntó él.

—Por lo que veo tú tampoco.

—Yo solo no puedo dejar de pensar.

—¿En qué? —quiso saber ella.

—En todo esto —explicó él—. ¿Trabajos? Eso sería como firmar un contrato. Como decir sí a este lugar.

—¿Y no lo has hecho ya? —inquirió ella—. Le dijiste a tu grupo que os quedaríais.

—Lo sé, pero aun así, todavía no puedo... —Harley posó su mano sobre el brazo de él.

—Te entiendo. Pero sé que conseguirás aceptar todo esto pronto. Tu grupo ya lo ha hecho. Bueno, a excepción de Daryl. Pero ellos están bien aquí. Son felices. Intenta serlo tú también.

Rick la miró durante unos segundos, mientras la mano de ella seguía apoyada sobre su brazo. Finalmente asintió y sonrió.

Shout ◇ Rick GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora