CUARENTA Y CINCO

7.6K 549 28
                                    

Las Festividades de Navidad y año nuevo pasaron muy rápido, por lo menos para mí. Mi familia, junto a la de Joel hicimos,un pequeño compartir entre nosotros y luego recibimos el año con los mejores deseos y con mucha alegría.

Mi vientre parecía que iba a explotar y mi espalda por mucho no aguantaba el peso de mis hijos, pero los malestares y dolores eran por amor... ¿No?

Me recosté en la cama de la habitación que compartíamos Joel y yo. Esperaba a Damián que había prometido presentarme a su nueva novia. Quizás sería un poco extraño para nosotros esto de presentarnos a las parejas pero nuestro pasado quedó olvidado.

Las personas podían cambiar.

—Llegó tu amigo. —me avisó Joel entrando a la habitación.

Asentí, mi futuro esposo había despertado con un ligero dolor de cabeza que se le notaba a kilómetros de distancia.

—¿Ya te tomaste la píldora que te dejé? —pregunté.

—No aún... Lo haré después, lo prometo.

Bufé, sabía que no lo haría.

Verifique que mi vestimenta estuviera bien posicionada antes de salir a conocer a la novia de mi Amigo. La cara de sorpresa de Damián al ver mi gigantesco vientre me alegró el día y al parecer a Joel también ya que lo observé sonreír mientras cerraba la puerta.

—Pero que grande está ese vientre. —admiró feliz, Damián. —Después de tanto tiempo sin verte debo admitir que las cosas crecen.

Reí por aquel mal chiste. Dirigí la mirada hacía la chica a su lado, una hermosa pelirroja con la mirada más inocente que pudiera haber visto en mi vida... Aunque me parecía conocida.

—Zaphir, ella es Sienna... Mi novia, vive en este edificio, en el último apartamento. —Sí, definitivamente la había visto antes. —Pero no pasa mucho tiempo aquí, por eso no me habías visto antes.

—Un placer conocerte. —la saludé.

—Y él es su futuro esposo... —Sienna interrumpió a Damián.

—Joel, ya lo conocía... Un placer Zaphir. —me sonrió.

—Pueden tomar asiento, ¿Quieren algo de tomar? —pregunté.

—Un poco de agua, por favor. —pidió Sienna.

—Yo lo busco, tú siéntate. —me dijo Joel.

Le agradecí a mi apuesto hombre por su gesto, aunque sabía que era para no mantenerme tanto tiempo de pie.

—¿Cuánto tiempo tienes? —me preguntó la pelirroja, refiriéndose a mi embarazo.

—Casi siete meses, se ve tan grande porque son mellizos.

—Jhael y Zair, ¿No? —preguntó Damián.

—Sí, los mellizos Pimentel. —informó Joel con dos vasos de agua en una bandeja para nuestros invitados, luego de entregarlos se sentó a mi lado.

—Tengo una gemela, se llama Sidney... Es una gran fan de CNCO. Así fue como conocí a Joel. —dijo Sienna de la nada, pero aquella información no estaba de más,

—¿Cómo está tu hermana? —preguntó Joel, rodeando mis hombros con su brazo en un abrazo.

—Excelente, amándolos como siempre. —le respondió.

—Te la presentare Zaphir, son idénticas sólo que Sydney es rubia. —me informó Damián.

Noté un choque de miradas entre Joel y Sienna que no me agradó... Aunque debía ser mi imaginación.

Tu luz (Joel Pimentel, CNCO). >EN EDICIÓN<Where stories live. Discover now