TREINTA Y DOS

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—Fue solo un mareo... 

—¿Estás segura?

Iba a responder, pero todo se volvió negro y el molesto calor se convirtió en un tenso frío.

Desperté con una molesta luz blanca molestando mi visión, veía todo borroso pero de todas formas la luz me molestaba... Intenté moverme un poco y sentí un agudo dolor en mi brazo izquierdo, en lo que mi vista mejoraba distinguí un suero en mi brazo y decidí descansar mis ojos... ¿Por qué estaba aquí? Con mi brazos libre toqué a mi alrededor hasta que sentí algo, una textura sedosa, suave, era pelo... Conocía ese pelo, era Joel.

—¿Zaphir? —murmuraron a lo lejos, abrí los ojos y ya veía todo mejor... Aunque la luz aún me molestaba, dirigí mi mirada hacía donde habían mencionado mi nombre, Sarah me miraba aliviada y noté que Joel dormía a mi lado.

—¿Qué paso? —pregunté, al hablar noté lo seca que estaba mi boca y  lo ronca que se escuchaba mi voz.

—Mañana nos iremos de aquí, Alec vendrá en un momento a verificarte junto a un Doctor, Joel se acaba de dormir... —pero.. ¿qué?... No entendía mucho.

—¿Qué hago aquí?, ¿hace cuánto estoy aquí? —pregunté, intentando salir de la confusión. Me sentía como Justin Bieber cantando "Lost in confusion, like an ilusion".

—Te desmayaste por los nervios, según entendí esto ocurrió porque te hacen faltan muchas vitaminas y nutrientes para tus embriones, y para ti misma... Zaphir por favor colabora,  ya no eres solo tú. —pidió, en ningún momento había abandonado su asiento. Noté que estaba sola, sin Bryant, sin Ryan, sin Sasha. 

—Está bien... —continué acariciando el pelo de mi novio.

—Tenemos tres horas aquí... —suspiró. —Dejaré que el Doctor te explique lo demás. 

—¿Y hay más? —pregunté, sintiéndome exhausta... Irónico porque apenas despertaba, ella sólo asintió.

Joel estaba profundamente dormido, decidí moverlo un poco a ver si despertaba y lo logré aunque se notaba muy cansado.

—Acuéstate conmigo, por favor... —le pedí en un susurro en lo que el reaccionaba, el negó con la cabeza. —Acuéstate a mi lado, esta camilla es muy grande para nosotros. —hice referencia a nuestros bebes a bordo. —y queremos estar con Papi cerca. —chantajee. 

—Me convenciste, está bien. —accedió, con una dormilona sonrisa en su rostro. 

Con cuidado le hice un espacio en la camilla, aunque el suero me ardía no le di importancia... Prefería acomodar a Joel a mi lado. Cuando estuvo finalmente a mi lado me acomodé en su pecho como pude. 

—¿Estás cómoda? —me preguntó.

—Muy cómoda... Gracias amor. —susurré.

—¿Sarah te explicó? —preguntó, Sarah nos miró y sonrió de lado.

—Una parte... Dijo que dejaría al doctor explicarme lo demás. —suspiré. —Nos merecemos una foto.

—Yo pienso lo mismo, cuñada hermosa... Por favor tómanos una foto. —Pidió Joel, alzando la voz, aunque no fuera su intención, aquello hizo doler un poco mi cabeza. 

Sarah cumplió con nuestro adorable pedido. 

La puerta se abrió, un Doctor entró y junto a él con muchas cosas en la mano, Alec. 

—Hola parejita. —saludó el Doctor.

—Hola. —dijimos al mismo tiempo.

—Despertaron. —Comentó Alec sonriendo, de a poco de había vuelto nuestro enfermero... ¿Aquello era legal? Bueno, no me quejaba... No era mala compañía.

Tu luz (Joel Pimentel, CNCO). >EN EDICIÓN<Where stories live. Discover now