TREINTA Y TRES

10.1K 617 197
                                    

La fiesta de Christopher fue de maravillas, aunque mis nauseas no me dejaron disfrutarla totalmente. Los días pasaban un poco más rápido de lo que yo deseaba, ya nos habíamos establecido en el hermoso y espacioso departamento que Joel había comprado para nosotros. A veces era un poco extraño ver a Bryant y Sarah luego de escucharlos en acción algunas noches, pero de a poco nos íbamos acostumbrando, apenas pasaban tiempo en el apartamento. Ryan era un bebé muy tranquilo aunque eso no evitaba que de vez en cuando pasara algunas noches despertando a todos. 

Joel y yo nos encontrábamos solos, mi hermana, su hijo y su esposo se encontraban en casa de Mamá cuidando de ella. Dormir junto a él se había convertido en lo mejor del mundo, aunque algunas noches no eran precisamente para dormir. Pero tardes como estas, en las que él estaba libre y estábamos solos, eran mis favoritas. 

—¿Qué nombre les pondremos? —preguntó. 

—Mmm, creo que deberíamos esperar para pensar eso... Ya sabes, cuando sepamos los sexos.

—¿Qué prefieres? —preguntó.

—¿Cómo así? 

—¿Niños... Niñas? 

—Lo que sea. —puntualicé.

—Yo igual, todo lo que pido es que puedan desarrollarse bien, saludables... —sonrió. 

—Hablas como todo un padre de treinta años que ha esperado este momento por toda su vida. —me burlé.

—Señorita, ¿No sabía usted que soy inmortal? —bromeó.

—Ah, ¿Sí? —lo miré. —¿Qué tipo de inmortal? 

—Mmmm... Soy un vampiro, por eso soy tan sexy. —se burló, pero dijo justo lo que yo quería escuchar.

—Los vampiros están muertos, y los muertos no tienen circulación de sangre... Entonces no paran el pito y déjame decirte que tú tienes un Super Pitaso muy potente. —exploté a carcajadas cuando su expresión se volvió de sorpresa y se puso más rojo que un tomate, al fin no era yo quien estaba como un tomate.

—Dios... Mío. —explotó en una ruidosa carcajada. 

—En serio... Tienes una ametralladora. —continué alagando burlonamente su miembro. 

—Pero te gusta, eh... —me miró, sonriendo de lado.

—Mucho. —admití. —Cuando... Dios. —tapé mi cara, ahora la que estaba roja era yo... ¿De mi propia medicina?

—Debería mostrarte el poder de mi arma letal... No sé... Como que sí... ¿Qué dices? —dijo, colocándose con cuidado sobre mí, asentí mirándolo a los ojos... 

Cuanto amaba a este chico. 

***

Salí de la ducha para ponerme un cómodo vestido un poco ajustado... Me encantaba hacer notar mi -aún- no tan hinchada barriga, Sarah había llegado con Ryan, pero sin Bryant. Él estaba acompañando a Mamá a su chequeo... A decir verdad, Mamá estaba casi a la perfección, CASI. Decidí ir a su encuentro, en lo que Joel pasaba el rato con los chicos en la casa común. 

La confianza que había creado con Alec me había llevado a tener su número en caso de cualquier necesidad, le marqué para saber si tenía idea de en donde se encontraba Mamá y por que Alec es todo un amor fue a mi encuentro y me acompañó.

—¿Qué tal el embarazo? —preguntó. 

—Muy bien, estoy llevando todo bajo control... O bueno, Joel está llevando todo bajo control. —admití, sonriendo. 

Tu luz (Joel Pimentel, CNCO). >EN EDICIÓN<Where stories live. Discover now