Capítulo treinta y nueve: "cuando el sol se vaya"

1.5K 170 14
                                    


Narra Justin:

Me encontraba haciendo guardia en el límite entre los callejones y la carretera. Hace rato que me encontraba yo solo allí, y mi cuerpo se tensaba cada vez más con cada minuto que pasaba. La idea de que Nora y Kim estén por allí solas no me daba buena espina, simplemente porque Nora no era confiable del todo. Sin embargo no podía ir con ellas, alguien debía cuidar las motos mientras nosotros no estábamos.

Solté un bufido, no soportaba más estar allí parado como un imbécil. La idea de que Kim estaba en peligro estaba en primera plana en mi cerebro. A la mierda todo, me dije a mí mismo, antes de caminar a paso acelerado siguiendo los pasos que dieron las chicas en mi cabeza.

El asfalto comenzó a transformarse en helechos, y los helechos en enormes pastizales. Ya adentrado a lo que ahora era campo, no podía volver hacia atrás. De todas formas, no tenía intenciones de hacerlo. Lo único que había en mi mente era lo estupido que había sido en dejar a Kim sola con Nora. Había fracasado con Kira, no podía fracasar con Kim también.

Mi cuerpo se detuvo instantáneamente al oír dos voces. Una proveniente de Kim, y otra sin duda alguna, de Nora:
"—¿Qué diablos te sucede, Nora?

—¿Qué pensabas? ¿Que me aliaría contigo?

—Pero has hecho la amenaza de ataque. Ese era el plan. Distraerlos con la guerra con el fin de salvar a mi hermana."

La ira me envolvió por completo al oír lo último que pronunció Kim. Y aunque sentí una punzada en el corazón ante aquella decepción, levanté la cabeza. Nora apuntaba a Kim con el arma, ya no había oído lo que ella le había dicho, ya me encontraba lo suficientemente enfadado y decepcionado como para seguir escuchando su voz.

Sin embargo, cuando vi que Nora iba a hacer de las suyas, no pensé dos veces en tomar la pistola de la cinturilla de mis pantalones y disparar sin remordimiento a la espalda baja de Nora. Ésta cayó al suelo, gritando con todas sus fuerzas, pero poco me importaba.

Me acerqué casi corriendo, y me agaché al nivel de su rostro, que se deformaba del dolor—Te advertí que no te atrevas a tocarle un pelo. Deberías saber a esta altura del partido que en desafíos, siempre gano yo.

Nora gruñó y las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, sin embargo sabía que no me daría el placer de verla llorar frente a mí—Eres un ser repugnante, Justin Bieber. ¿Ahora me matarás a mí como mataste a Kira?

Apreté los dientes—Es suficiente. Vámonos, Kim. —Gruñí, enderezándome y comenzando a caminar hacia los callejones. Podía sentir las pisadas de ella detrás de mí, pero no me daba la cara para voltear a verla.

—¿Qué haremos con Nora? No sobrevivirá por mucho tiempo de esa forma. Seguirá perdiendo sangre y finalmente morirá.

—No es mi problema. —Respondí.

—Vale, pero comenzarán a sospechar y sabes que será un problema cuando descubran que fuiste tú el que está detrás de esto. —Dijo. ¿Acaso esta chica no sabe distinguir cuando uno quiere y no quiere hablar? — No podemos permitir que se distraigan, tenemos pro...

—Ya se nos ocurrirá algo.

—Vale y... ¿No me preguntarás como estoy? —Dijo.

—¿Cómo estás?—Le di el gusto.

Su mano tomó mi brazo y me hizo detener frente a ella. Su rostro estaba rojo y sus ojos cristalinos. Sin embargo todavía no podía creer lo que había dicho hace un rato. Nos había puesto en peligro con el fin de satisfacerse a sí misma. Aquello era lo más egoísta y estúpido que había oído jamás.

—¿Qué sucede contigo? —Preguntó con molestia —Hace un rato estábamos perfectamente, ¿qué pasó ahora?

—Te he oído—Solté—. Sé cuál era tu magnífico plan junto a Nora. ¿De verdad Kim? ¿De verdad eres tan malditamente egoísta para ponernos en riesgo a todos nosotros?

—Yo... Yo lo siento pero no tenía alternativa.

Aquella fue la gota que colmó el vaso. Pasé una mano por mi cabello y lo estiré desde las puntas — ¡Maldita sea, no puedo creerlo! —Grité a todo pulmón — No puedo creer que seas tan egoísta. ¿Cuál era tu propósito, eh? ¿Que todos nosotros muriésemos a manos de nuestros mayores enemigos y que tú y tu hermanita sobrevivieran? ¿Eso es lo que querías?

—¡Pero la alerta era falsa! ¡En nada iba a perjudicarte!

—¿Estás bromeando? ¡Por un demonio, Kimberly! —Grité — ¡Las alertas de ataque son reales! ¡Estamos bajo la amenaza de un posible ataque las veinticuatro horas del día! ¿Qué hubiese pasado si nosotros atacáramos primero? ¿Y si ellos se enteraban que planeábamos un ataque y decidían atacar? ¿Has jodidamente pensado en eso? ¿Todas esas muertes habrían valido por tu hermana, que en definitiva decidió por sí misma estar donde está? ¡Por supuesto que no! ¡No somos peones de ajedrez, somos personas y tenemos una vida!

—Justin...

—Ya no hables—Bajé el tono de voz —. Pensé que eras diferente, ¿sabes? Pero veo que me equivoqué...

De sus ojos comenzaron a caer centenares de lágrimas. Era la primera vez que lloraba frente a mí sin ocultarse. Me partía el alma, y deseaba besarla pero no lo haría — Justin, no...

—Por favor sólo... recoge tus cosas de mi habitación y vuelve a tu antiguo cuarto. Creo que es mejor que nos tomemos un tiempo.

(...)

Narra Kim:

Las gotas de lluvia se deslizaban por la ventana lentamente, como mis lágrimas. Había intentado todo para dejar de llorar. Había gritado contra la almohada tantas veces que mi garganta ardía. La oscuridad reinaba el cuarto que compartía con Anna. Sin embargo ella no estaba, se había marchado hace algunas horas cuando vio que lo que necesitaba no eran sus abrazos y palabras de aliento, sino que necesitaba un tiempo a solas con mis propios pensamientos.

Me había levantado solo una vez para servirme un vaso de agua. Y la puerta de la habitación de Justin estaba cerrada. Sabía que estaba dentro, y sabía que estaba batallando con su propia cabeza. Sabía que pensaba en mí, aunque no lo deseara.

Lo único que podía calmarme eran sus abrazos. Pero no podía. Y él tenía razón. La desesperación había decidido por mí y no había pensado en las consecuencias que podría tener aquello. Podía ser torpe, carismática y sarcástica... pero mi fuerte era ser impulsiva. Y era algo que desearía cambiar con tantas fuerzas. Me había quitado tanto, y regalado tan poco. Me quitó a la única persona que pensé que me querría tal cual soy. Pero no fue así. Y duele ver que cuando el sol se vaya ya no estará tocando mi puerta para acurrucarse a mi lado. Porque no sabía si esto era definitivo o cuestión de unos meses. Pero ya sean años, meses o tan solo días su presencia me haría falta. Tanta falta que duele. Duele en el fondo de mi corazón.

****
Un capítulo corto pero bastante jodido. Espero que no me odien. Yo todavía sigo shippeando Jimberly y esto me dolió escribirlo.

¿Qué opinan sobre el repentino break up de Jimberly?

Comenten y voten!

-cia

Deserto » bieber [TERMINADA]Where stories live. Discover now