Capítulo treinta y seis: "¿Qué quieres decir?"

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Kim's POV

Las hojas secas crujen bajo la suela de mis botas, sin embargo no las veo. Tampoco me interesa. El viento helado de la medianoche menea las copas de los árboles, pero no me inmuto. Estaba alerta. Todo alrededor parecía estar en pausa, concentrado y esperando a que yo reaccione. Quizás estoy perdiendo la cabeza.

Estaba sola. Pensando y dejando que el sonido del viento se llevara mis dudas. Nora tenía un plan tan complejo y específico que me hacía temblar. Quizás porque me asustaba la idea de que lo haya pensado tanto, porque era una idea que no se le ocurre a alguien así porque sí. Era un objetivo preciso y bien calculado, como si hubiera tardado días estudiándolo.

Mi hermana era lo más preciado que tenía en este momento. Ella era el único lazo familiar que poseía ahora, y tenerla en mi contra era algo que no podía soportar. No era ella. Era una versión macabramente modificada de mi hermana menor.

¿Cómo había podido cambiar tanto y tener un instinto asesino, peligroso, tan intenso de repente? Bueno, yo también había cambiado muchísimo estos meses. Había desarrollado cualidades como la valentía y la lealtad a los míos.

Aun así, siempre habíamos sido muy distintas. En formas de pensar y de actuar. Ella era romántica, se escapaba por las noches por el balcón para ver a su novio en ese momento. Yo era realista, sabía que si el amor quería entrar en mi vida no debía forzarlo, porque así cometería muchos errores. Ella era más extrovertida, en cambio yo era la oveja negra de la familia.

—¿Pensando? —Me doy media vuelta un poco exaltada, pero me relajo al ver a Justin recargado contra el tronco de un árbol, calando profundamente un cigarrillo.

No nos habíamos dirigido la palabra desde el acontecimiento con Travis. Y no pensé que requería tanto de su presencia hasta que lo vi allí, tan sensual y masculino. Mirándome con los ojos entrecerrados, pero sin una pizca de molestia. Pero no daría mi brazo a torcer.

—Hay muchas cosas rondando en mi cabeza. —Digo.

Devuelvo mi atención a los árboles a lo lejos, que se perdían junto al ya estrellado cielo nocturno. Tenía tan solo una musculosa negra y un fino jersey color verde, hacía frío. Pero ahora era lo que menos me importaba. Necesitaba esto. Mirar el cielo y dejar libres mis pensamientos.

Mi cuerpo entero se estremece al sentir las cálidas y grandes manos de Justin tomar posesión de mis caderas. Sus dedos pulgares se escabullen por debajo del jersey, hundiendo la punta de éstos en mi piel, que se pone de gallina con ese simple toque. Puedo sentir su respiración lenta y pausada en la parte trasera de mi oreja.

Doy un paso atrás, pegando nuestros cuerpos y coloco mis manos sobre las suyas. Él ronronea en mi oído.

—No tienes idea lo mucho que me muero por besarte, joder. —Gime, y mi cuerpo entero tiembla — Necesito sentirte.

—¿Eso es lo que deseas? —Giro un poco la cabeza y puedo ver cómo su mandíbula se tensa.

Sus manos se apoderan de mis caderas por completo y me da la vuelta para tenerlo frente a mí. La tenue luz de la luna hace que sus labios húmedos y sus ojos brillen más de lo normal. Mi corazón se acelera.

—Lo deseo con locura, nena.—Gruñe. Sus dedos se pasean por mi piel con suavidad, y de vez en cuando da pequeños apretones que me vuelven loca.

Me acerco a sus labios, y me detengo justo cuando estos rozan. Él se queja y me aprieta aún más contra él.

—Piénsalo antes de llamarme perra, cariño.

Deserto » bieber [TERMINADA]Where stories live. Discover now