Apuesta...

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-Así que ¿cómo resolvieron sus problemas? -preguntó Jace sin ninguna pizca de prudencia.

Bueno ¿qué más se podía esperar de él?

-Bueno...

-Magnus no -advirtió Alec.

-Te lo has cogido -adivinó Max, el cual se hallaba sonriendo.

- ¡Maxwell Lightwood Herondale! Modales por favor -reprendió Isabelle.

-Oh vamos Isabelle -se quejó el niño.

-Bien, te lo perdonó sólo por una razón.

- ¿Y cuál es? -preguntó Alec.

-Que yo también tengo curiosidad -dijo la chica sonriendo descaradamente -así que responde.

Magnus sonrió abiertamente.

-Sí, me lo he cogido.

- ¡Magnus Bane! -gritó Alec rojo hasta más no poder.

-Te lo dije -le gritó Max al rubio -dámelo ahora.

-Muchas gracias Magnus -espetó con sarcasmo Jace mientras le entregaba varios billetes a Max.

Alec miró a sus hermanos se indignado.

- ¿Han apostado que Magnus me cogía?

-Exacto y yo gané, sabía que Magnus te perdonaría con facilidad, sabía que terminarían acostándose, te lo dije, conozco más Magnus que tú.

-Conozco más a Magnus que tú -repitió Jace con tono molesto.

-Ganaste sólo esta vez.

-Si se trata de Alec y Magnus siempre ganaré -presumió el niño.

-Gracias, qué buenos hermanos tengo -murmuró sarcásticamente Alec mientras se cruzaba de brazos.

Magnus miró a su novio con ternura, así Alec parecía todo un bebé y le encantaba, era sumamente adorable, sin poder evitarlo, Magnus se sentó en el regazo de su novio para rodear tu cuello con sus brazos y plantarle un suave beso, Alec por supuesto correspondió inmediatamente mientras que enredaba sus dedos en el cabello del moreno.

-Ey estamos aquí -se quejó Max aunque estaba sonriendo mientras miraba a la pareja.

Secretamente le encantaba cuando Alec y Magnus se besaban, cuando se miraban, cuando se rozaba sus manos, Max apreciaba el amor que los dos chicos se tenían y le encantaba mirar la muestra de amor que se tenían, y no son de ellos, Simon e Isabelle también eran encantadores, él podía notar como la chica lo miraba con admiración, pero no porque fuera un famoso integrante de una banda grandiosa, tampoco por si fuera multimillonario, no, su hermana admiraba al chico que había tras el famoso guitarrista, el chico que adoraba los cómics y la serie de Star Wars, también le encantaba como ese chico miraba su hermana, puesto que no sólo miraba a una chica súper sexy que se había convertido en una gran modelo, miraba una chica dulce, tierna y atenta, la cual se preocupaba por sus hermanos, por otro lado Jace y Clary tenía su cierto encanto, Jace trataba a Clary como si fuera una muñeca delicada que necesitara su protección, Max sabía de antemano que su hermano estaba profundamente enamorado de la pelirroja, la cual admiraba al chico de ojos pardos, Max se preguntaba cómo es que alguien tenía la paciencia suficiente como para aguantarse a Jace, puesto que el chico tenía un ego tan enorme como el amor de Isabelle a los zapatos, pero a Clary no parecía importarle eso, la chica estaba súper enamorada del rubio y no perdía la oportunidad de demostrárselo.

Mi dulce desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora