Mi dulce desconocido

Lindas caminatas

Al día siguiente, Alec no tuvo que preocuparse por las preguntas de su hermana, puesto que ella estaba demasiado ocupada interrogando a Jace por la cita que había tenido la noche anterior con una linda pelirroja que había conocido en la fiesta del señor Fell. Su nombre era Clarissa Fray, más conocida como Clary Fray, nada más y nada menos reconocida por ser una de las mejores artistas de Nueva York y muy reconocida internacionalmente.

Izzy por otro lado había salido con Simon Lewis, un importante músico y cantante de la banda favorita de la chica.

Cuando sus hermanos le preguntaron a Alec donde había estado, el chico había respondido que había estado en el parque caminando.

-Necesitaba despejar mi mente, ya te lo dije Isabelle –murmuró Alec mientras viajaban en el metro hacia su trabajo.

Isabelle lo miró tan preocupada que Alec se sintió culpable por mentirle.

-Ey Izzy, estoy bien, solo... ya sabes, el trabajo es bastante pesado y un poco estresante.

-Te estas sobre esforzando –señaló Jace, quien también lo miraba con un deje de preocupación a su hermano.

-Estoy perfectamente bien Izzy –se quejó Alec un tanto irritado mientras ponía los ojos en blanco.

Sus dos hermanos aceptaron aquello con un tanto de duda.

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Los días pasaron con rapidez, como de costumbre Jace e Isabelle ganaron generosas propinas, Isabelle tenía la ventaja de su belleza y Jace su encanto natural, Alec era completamente capaz de ganar tanto o más que sus hermanos, pero era demasiado tímido como para sonreírle con encanto a extraños, mucho menos flirtear con ellos, ya bastante difícil se le hacía pasar tiempo con Magnus, Isabelle había salido con Simon varias veces, nunca lo había llevado a casa, al igual que Jace a Clary, Alec se sintió culpable, si tuviera otro empleo podría conseguir un lugar mejor para vivir y sus hermanos no se sentirían avergonzados de ello.

Era la tarde del viernes y Alec había hablado con su jefe, de ahora en adelante entraría un poco más temprano y saldría un tanto más tarde, también trabajaría turnos extras los domingos. Isabelle por supuesto no podría enterarse, al igual que Jace, o seguro se enojarían con él por ello. Ese mismo día saldría bastante tarde, pero también recibiría algo de dinero extra.

El chico saco la excusa para decirle a Isabelle que terminaría de limpiar un par de cosas antes de marcharse y que podía adelantarse junto con Jace, la pelinegra aceptó a regañadientes, pues odiaba dejar solo a su hermano, pero no habiendo más opción, aceptó.

Llegó la media noche cuando se acabó el turno de Alec, su jefe lo felicitó por su buen trabajo.

Alec se marchó a casa completamente dolorido y agotado, tanto mentalmente como físicamente.

No recordó cómo, pero se tiró en el frio piso y se quedó profundamente dormido.

Pero cualquier sacrificio valdría la pena por sus hermanos, por ellos haría lo que fuera necesario.

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- ¡ALEXANDER GIDEON LITHWOOD APAGA ESA MALDITA ALARMA AHORA! –Gritó Isabelle tremendamente furiosa con su hermano, el cual se incorporó de golpe al escuchar los gritos de la chica.

¡Demonios! Hoy comenzaba su turno más temprano.

-Lo siento Izzy –murmuró el chico mientras se incorporaba. Isabelle lo miró con curiosidad...