#27: El amor está en el aire

2.5K 207 9
                                    

Le di un mordisco a mi sándwich y volví mi mirada a la televisión un segundo después. Otro caso de CSI Miami. La verdad, no me gustaba demasiado esa serie en un principio, solía evadirla olímpicamente cada vez que la daban, pero normalmente la veía porque a Oriana la traía enamorada, y supongo que por su culpa, acabó gustándome verla a mí.

Eso y que Bob Esponja empezaba dentro de veinte minutos por lo que tendría que esperar por un rato.

Tomé un sorbo de mi bebida en lata y la dejé de regreso sobre la mesa antes de darle otra mascada a mi sándwich. Ese era mi almuerzo del día, el especial de la casa. Lo sé, lo sé, todo cinco estrellas ¿no? Solamente podía decir que mi madre se había ido a almorzar con alguien del trabajo y había dejado solo y abandonado a su pequeño pobre hijo sin nada que comer excepto un sándwich guardado en el refrigerador y una lata de bebida de dieta.

Lindo día hasta ahora. Claro.

Era un total "forever alone".

El sonido de un nuevo mensaje en mi celular rompió la tranquilidad de la sala. ¿Quién osaba a irrumpir de tal manera en mi momento de merienda? Bueno, de acuerdo, claramente no era un caballero de la armadura brillante, pero hablar así se me hacía gracioso.

Era tan medieval y caballeroso. Hasta me hacía sentir educado.

Cogí mi móvil rápidamente y lo desbloqueé sin quitar por completo mi mirada de la televisión, sumido profundamente en el crimen de la serie.

Era el momento en que los policías de investigación entrarían al departamento del viejo malo (parecía de noventa, enserio), y entonces descubrirían que él no estaba porque había huido lejos, lo que demostraba que era sospechoso, pero (siempre hay un pero) la chica de cabellos rizados sexy (no tan sexy como yo claro) diría que era imposible que él fuera el culpable del crimen porque lo conocía desde que era pequeña, y entonces luego al seguirlo junto a su compañero hasta el lugar al que huyó, se daría cuenta de que... ¿Qué? Ya había visto este capítulo antes.

Me volví hacia mi celular y noté que era un mensaje de Zoe. Lo abrí para leerlo. De seguro debía ser algo de Tomás, y si no era algo de  Tomás, quizás era de Candela, y si no era de ninguno de los dos, lanzaría mi celular muy, muy lejos.

Nadie interrumpía a Julian Serrano cuando estaba almorzando, menos si estaba viendo televisión al mismo tiempo.

"Tomás ha estado cantándome serenatas por afuera de mi ventana desde hace media hora"

"Tiró una piedra a mi ventana para captar mi atención"

"Julian"

"Dile a Tomás que deje de tirar piedras"

"Juliano"

"Contesta"

"Ayúdame"

"No quiero escuchar más de sus intentos de canciones"

"Julian"

"Responde"

"Ezequiel"

"Ugh, me debes una ventana nueva"

"¡Ezequiel!"

Razón número 72 por la cual no dejar a Zoe hablando sola: se enojaba.

Ah, qué va, eso era lo de menos.

La llamé a su móvil a la espera de que contestara. Cinco segundos después oí su voz al otro lado de la línea.

-Julian- suspiró pareciendo aguantar el enojo-. Tomás ha estado cantándome desde hace media hora.

Volando alto (VCLN2)Where stories live. Discover now