Volando alto (VCLN2)

#9: Te tengo una propuesta

-Ha sido... agradable volver a hablar contigo, Oriana- me dijo Julian, rascándose la nuca un tanto nervioso a mi lado.

Asentí levemente, sin decir nada al respecto, y él esbozó una pequeña sonrisa. Estábamos frente al edificio aún, yo estaba con la espalda apoyada en su auto, debatiendo mentalmente entre si entrar o no hacerlo.

Era cierto, estaba ansiosa, completamente desesperada por entrar al establecimiento, hablar con Dalton y que la relación entre Alan y yo acabara al segundo, si es que tenía demasiada suerte.

Pero luego volteaba a ver a Julian, y mis ganas de quedarme crecían repentinamente en mi interior. Entrar al edificio significaba decirle adiós a Julian, y decirle adiós... significaba que para siempre.

En realidad había sido lindo haber vuelto a hablar con él. Se sentía como si nada hubiera cambiado y volviéramos a ser los de antes. Pero había que admitirlo y más que nada debía aceptarlo, luego del daño que me había hecho ya no podía fingir que no había ocurrido nada, era así de simple... pero a la vez así de difícil.

Suspiré, como si aquello pudiera darme fuerzas en ese momento, y de brazos cruzados dejé de apoyarme en su auto. ¿Y qué si no vuelvo a ver a Julian?, pensé. Si me quedaba con él tenía el riesgo de salir dañada de nuevo, era preferible entrar al edificio, acabar con todo lazo entre Alan y yo, y así seguiría mi vida como si nada hubiera pasado. Eso sonaba muchísimo mejor.

-Bueno, Julian- dije sonriendo levemente-. Gracias por traerme. Cuídate y... Adiós- concluí sin haber nada más por decir.

Hice un leve ademan con la mano en forma de despedida, di media vuelta y me dirigí a las puertas del edificio. Supongo... que así terminaba todo. Después de todo era tan sola una despedida, él tan sólo un chico entre millones, no era que mi vida acabaría por una tontería así.

Subí los escalones que daban con el lobby sin mirar atrás y noté a tres figuras familiares esperándome en unos sillones que habían junto a una de las tantas paredes. Dalton, Mateo y mi querida arreglada madre. Algún día le escondería el maquillaje a esa señora, podía hasta jurar que se había echado toneladas en la cara con tal de verse "hermosa" para las reuniones.

-Hola- saludé de mala gana parándome frente a ellos, frente a Dalton específicamente.

El prometido de mi madre, futuro padrastro mío, el gorila más odiado en todo el mundo que lamentablemente no tuvo la oportunidad de ser abortado seguramente porque su madre no tenía el dinero... Dalton, damas y caballeros.

-Llegas tarde- espetó frío, alzando la mirada de su celular hasta posarla en la mía.

-¿Por qué? ¿La reunión ya ha empezado?- cuestioné duramente.

-No. Pero los editores de la revista están por llegar- respondió guardando su teléfono celular en el bolsillo interior de su chaqueta.

-¿Es por ellos que nos hemos venido a reunir aquí?- pregunté con una pequeña mueca de disgusto.

-Sí- asintió-. Les he llamado. Nos ayudarán a expandir la noticia de tu ruptura con tu novio.

-¿Alan sabe de todo esto, no?

-Sí. Ha sido un tema sencillo hasta ahora por suerte- explicó desviando la mirada repentinamente a la puerta del edificio.

Asentí intentando lucir seria, ya que por dentro estaba más que emocionada. ¿Cómo no iba a estarlo? Al fin acabaría la relación entre Alan y yo, que no había sido más que una farsa. Detestaba fingir ante las cámaras, aquello me liberaría totalmente.

Bueno, en parte. Seguía siendo una modelo, no era que fuera de lo más fácil del mundo.

-Han llegado- anunció Dalton levantándose de su asiento.